Boadilla ya estudia el impuesto de plusvalía, de la venta de la Ciudad del Santander a un fondo Kuwaiti, tras anunciar la oferta de compra de la sede del Santander por 2.500 millones, 600 millones más de euros que lo que ingresó el Santander por la venta inicial de los terrenos a un consorcio de inversores extranjeros en 2008.
Desde ese momento el banco ha estado como inquino en los terrenos. En 2014 el nuevo propietario Marme Inversiones entró en concurso de acreedores, cuando informaron que ya no podían hacer frente al crédito de 1.900 millones con el que compraron la Ciudad Financiera del Santander en 2008.
De esta situación, es el ayuntamiento de Boadilla el que puede obtener un buen pellizco de euros, que servirán para reinvertir en el municipio, tras la operación inmobiliaria que dejará una plusvalía de unos 600 millones de euros.
El impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana (IIVTNU), generalmente llamado impuesto de plusvalía, grava el incremento de valor del suelo cuando se transmite su propiedad, aunque también, reduciendo la base imponible en los porcentajes que determina la Ley del impuesto de transmisiones patrimoniales, cuando se transmiten o constituyen otros derechos reales como el usufructo.
Es un impuesto que pueden establecer y exigir los ayuntamientos de acuerdo con el RDL 2/2004 que aprueba el texto refundido de la ley de haciendas locales (arts 59.2 y 104 a 110).
La cantidad que se baraja ahora es similar al beneficio obtenido por el banco en 2008, por lo que es posible que la cantidad recaudada por el ayuntamiento sea similar a la de entonces.
Expertos consultados comentan que con una valoración del terreno en el entorno de los 100 millones de euros, posiblemente el consistorio recaude entre 5 y 7 millones de euros en concepto de plusvalia.