En el municipio de Boadilla del Monte, uno de los más verdes de toda la comunidad de Madrid, solo existen en estos momentos cuatro puntos para la recarga de vehículos eléctricos –al margen de las posibles instalaciones privadas-
La situación anterior contrasta con la realidad de un mercado que crece el 35% anual- y con los objetivos marcados por la industria del automóvil para el año 2020, que pasan por conseguir que el 10% de los vehículos sean de energías alternativas a los combustibles fósiles tradicionales.
También resulta curioso que Tesla, el fabricante americano de coches eléctricos en exclusiva, haya elegido instalaciones en Leganés, Alcobendas, o Alcalá de Henares para instalar uno de sus 87 puntos de recarga de toda España, pero ninguno en Boadilla o en las localidades cercanas, siendo estos municipios, algunos con la mayor renta per-cápita de nuestro país.
Si a esta información le sumamos, la noticia emitida recientemente por Volvo Cars, propiedad de la china Geely, en la que informaba que todos sus coches tendrán propulsión eléctrica a partir de 2019, parece evidente que obligará al resto de la industria a moverse en una dirección similar, y por lo tanto al crecimiento exponencial del número de vehículos eléctricos y a un mayor número de puntos de recarga en Boadilla, para dar respuesta a una necesidad real.
¿Es rentable un coche eléctrico en Boadilla?
Según las fuentes consultadas, un coche eléctrico empieza a salir rentable a partir de 15.000 kilómetros al año, y según los modelos, se puede ahorrar fácilmente entre 2.000 y 4.000 euros anuales, a partir del cuarto año de adquisición.
Los vecinos de Boadilla que trabajan en Madrid y se desplazan en su vehículo privado, hacen una media de 19.000 kilómetros anuales, sin contar con los desplazamientos ocasionales por compras u ocio, lo que a priori les hace posibles compradores de un vehículo eléctrico.
No debemos de olvidar que desde principio de año, la alcaldesa de Madrid está aumentando las restricciones a la circulación a los vehículos contaminantes, y con la posibilidad real de un cierre permanente y total excepto a los vehículos eléctricos.
En un municipio donde la instalación de puntos de recarga en las viviendas privadas es muy sencillo, al contar con un gran número de viviendas individuales, es posible prever que cada día veremos un mayor de vehículos eléctricos en nuestras calles, algo que sin duda repercutirá en la calidad de nuestro aire y en la salud de los vecinos.