Se llama Egobox y los cuerpos del estado cuentan con ella, como una de las herramientas más avanzadas en el campo de las escuchas telefónicas legales.
El sistema permite conocer las diferentes posiciones de la persona vigilada, sus movimientos, sus conversaciones, incluso lo que se escucha en el entorno aunque el terminal esté apagado.
Se lleva utilizando de forma recurrente cada vez que un juez lo autoriza, y la investigación lo requiere, como recientemente en las diferentes investigaciones del referéndum independentista del 1 de octubre, pero terroristas y traficantes están entre sus cometidos principales.
Pero el aumento de la tecnología aplicada al seguimiento, obliga a las fuerzas del estado a realizar una fuerte inversión en el mantenimiento de los dispositivos y en la adquisición de nuevos terminales, y la empresa es Fortier Europe, situada en el municipio de Boadilla del Monte y un referente en este campo, como ejemplo fue la única que presentó una oferta en el último concurso abierto, para el mantenimiento y adquisición de nuevos terminales.
Egobox funciona de forma paralela a Sitel (Sistema de Interceptación Telefónica), y que ha levantado muchas protestas desde que se empezó a utilizar, tantas que incluso ha sido analizado por prestigiosos autores como Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña en su última publicación “El Quinto Elemento” donde advertía “alguien que no sabe si le observan pero sabe que puede estar siendo observado, se siente vigilado y siempre será, en cierto modo, sumiso”.
