El 17 de Diciembre de 1936 ocurrían muchas cosas en España, pero en Boadilla del Monte se estaba viviendo la dureza de la Guerra Civil Española.
Madrid había sido invadida por el bando republicano tras la famosa Batalla de Madrid y el diario republicano Ahora mostraba durante toda la semana como se luchaba en este municipio del oeste de Madrid.
“Las heroicas milicias republicanas rechazaron en el sector de Boadilla del Monte otro duro ataque de los rebeldes. A los que causaron numerosas bajas.” en posteriores informaciones, la prensa nacional anunciaba que llegaban al municipio de Boadilla del Monte los primeros voluntarios italianos para ayudar al bando nacional.
En esta defensa jugó un papel importante algunos de los altos árboles que aún están levantados en el municipio, como el que se encontraba junto al polideportivo en la M-513 y que fue derribado hace pocas fechas por la fuerza del viento, dejando dos heridos.
Estos pinos centinelas utilizados como atalayas y puesto de francotiradores por el ejército popular republicano en el otoño de de 1936, para vigilar el paso de las tropas nacionales que avanzaban por el frente oeste camino de la Casa de Campo para intentar tomar la capital. Se trata de dos pinos piñoneros centenarios, que por su altura permiten divisar por encima de las encinas cercanas y el resto de los pinos de los alrededores, están junto a la carretera de Pozuelo de Alarcón M-513.
Según consta en los diarios de la época, Miguel Hernández se encuentra en Boadilla del Monte y forma parte de una unidad que dirige El Campesino. Durante una retirada muchos de los soldados huyen en busca de un punto seguro donde defenderse, pasando cerca de un soldado herido al que nadie atiende mientras pide socorro. Se cuenta que fue Miguel quien le atiende y le traslada a un lugar seguro donde a su lado le dice: No hay quien te deje solo.