Todas las villas diseñadas y construidas por el equipo de arquitectos de ARK cumplen los estándares Passivhaus, garantizando un consumo energético prácticamente nulo en sus edificios y aplican técnicas como la ventilación natural, promoviendo un estilo de vida más sano y sostenible
Si hay una tendencia que, en los últimos años, es común en el mercado de residencias de lujo, se trata de la sostenibilidad. Elegancia, exclusividad y respeto al medio ambiente son tres valores que vienen pisando fuerte en este sector. Los clientes millonarios que deciden hacer construir y adquirir una vivienda en zonas exclusivas del sur de España, como Sotogrande, Marbella o el vecindario más lujoso del país, La Zagaleta (Málaga) tienen claro que el respeto al medio ambiente es una de las máximas que buscarán a la hora de decidirse por la empresa que se ocupe de la creación de sus villas residenciales.
Ante esta realidad, firmas como el estudio internacional de arquitectura ARK Architects, especializado en el sector del lujo y familiarizado con este perfil de clientes de alta capacidad adquisitiva, ofrecen desde hace años un servicio totalmente adaptado a esta filosofía.
El 100% de las villas diseñadas y construidas por esta firma están realizadas bajo estándares sostenibles desde el mismo momento en el que el creativo empieza a analizar la parcela e identifica sus posibilidades. Esto hace que las construcciones se conciben con un consumo energético prácticamente nulo y utilizando para el consumo todos los elementos naturales que el terreno pueda ofrecer.
“Nuestra filosofía es clara en este sentido: los proyectos deben estar vivos al servicio de los seres humanos y también del respeto al medio ambiente”, explica Manuel Ruiz Moriche, director creativo y socio de ARK Architects, añadiendo que “no entendemos el lujo del siglo XXI si no va de la mano con la sostenibilidad”.
De esta forma, la temperatura dentro de los edificios será estable gracias a ventilación aerotécnica, paneles solares para el suministro de agua, calefacción de techo o bajo el suelo, área con deshumificación natural, sistemas de iluminación LED y otras técnicas propias de las casas inteligentes.
Dentro del concepto Passivehaus, desarrollado en los años 80 en Alemania para construir edificios orientados a un consumo de energía mínimo o inexistente, ARK consigue objetivos como la máxima eficiencia energética.
El funcionamiento de edificios causa el 56% de la contaminación de nuestras ciudades (frente al 13% de los automóviles) y estos utilizan 40% de la energía primaria. Para reducir este problema, la Directiva Europea 2010/31 fija para finales de 2020 el objetivo de consumo de energía mínimo (próximo a cero) de los edificios.
Además, en estos proyectos se evita todo tipo de métodos energéticos contaminantes, como los que usan combustible. Las creaciones ARK son capaces de mantener el interior de los edificios a 20 o 21 grados centígrados a lo largo de todo el año.
Aunque crear una arquitectura que use siempre materiales puros y específicos que, además, se adapten a la perfección con el estilo de vida de este tipo de cliente tan especial puede resultar un reto, ARK Architects lo ha logrado. Hablamos de cumplir estos estándares sin comprometer el diseño exclusivo de viviendas que suelen tener más de 2.000 metros cuadrados de superficie. “En el ambiente el que trabajamos hay mucha luz natural y estamos rodeados de naturaleza, por lo que una conexión con todos estos elementos es el centro de cada proyecto: ese es nuestro desafío y compromiso”, explica Manuel Ruiz.
Materiales de construcción puros y ventilación natural para un estilo de vida más sano que minimice riesgos para la salud
Para satisfacer las necesidades de sus clientes y ayudar al planeta en ese fin, todos estos proyectos utilizan materiales de construcción puros seleccionados que garantizan la insolación termal y acústica, apuestan por superficies impermeables para filtrar el agua local y ventilación natural en todas las estancias importantes para que el consumo de energía se minimice. Los diseños orientados a que se produzca ventilación natural de los espacios, asegurando que el aire esté purificado 24/7, no solo ahorran energía en un 25-50% de media, según estudios, sino que ayudan a preservar la salud de los ocupantes. Un diseño de los edificios en torno a este concepto, ya abordado por arquitectos como Le Corbusier y Tony Garnier, revierte positivamente en la salud de las personas, apostando por factores naturales como el aire puro y el sol, mientras evita riesgos para su salud como la creación de moho, que suele producirse en espacios mal ventilados, el paso a insectos que pueden transmitir enfermedades o la exposición a elementos contaminantes externos.
Investigaciones como MoBE plantean grandes posibilidades en edificios diseñados en colaboración con científicos para atender amenazas presentes y futuras como el cambio climático, el aumento de la población o la llegada de pandemias. En ARK las tienen en cuenta, asegurando que sistemas adecuados de purificación de aire protegen a las personas frente a bacterias y virus, como el del Covid19. Dentro de este concepto de edificios “sanos y sostenibles”, la ventilación natural es de gran importancia, pues garantiza que el aire del exterior pasa a las viviendas por enfriamiento pasivo, sin necesidad de usar aires acondicionados o dispositivos mecánicos. Funciona utilizando diferencias en la presión y en el movimiento del aire para mantener todo el confort dentro de espacios residenciales. El oxígeno que procede del aire fresco puede mejorar nuestra presión sanguínea y energía, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico y provoca niveles más altos de serotonina. Una ventilación natural puede reducir enfermedades relacionadas con los pulmones en más de un 20%.
Asimismo, en estos edificios se realiza un pormenorizado estudio para orientar la vivienda, de modo que la luz natural (gran protagonista en todas sus villas) alcanza cada espacio de la casa, minimizando la necesidad de luz artificial durante el día y permitiendo una gran captación de energía solar en invierno. A la vez, protege del sol a los residentes, para disminuir el uso de sistemas acondicionados. Utilizan energías como: solar, termal, fotovoltaica y otras tecnologías alternativas. Además, cuentan con chimenea solar, a través de los patios de la casa, lo cual permite extraer el calor de las zonas vivideras de forma natural, gracias a la convección del calor.
La jardinería y el diseño de exteriores también ofrece grandes posibilidades a la hora de ahorrar la máxima energía. “Conservamos todos el entorno natural y lo aprovechamos dentro del proyecto; cuando tenemos que integrar plantas, utilizamos especies autóctonas que ya están adaptadas al ambiente para reducir la demanda de agua y estudiamos a fondo el paisaje para integrar sus propias características en las viñas, por ejemplo, para filtrar aguas grises y utilizar la lluvia en el sistema de riego de las plantas”, explica Manuel Ruiz, añadiendo que su forma de hacer paisajismo tiende a envolver siempre la arquitectura, generando zonas de sombra naturales y contribuyendo al ciclo del agua, lo que hace que reduzca tanto la radiación directa sobre la casa y que la temperatura del aire entrante disminuya de forma notable.
Cabe destacar que ARK se diferencia por mantener una relación continua con su proyecto, al contrario que otro tipo de empresas que terminan su contacto con el cliente una vez la construcción esté terminada. Por ello, la gestión y mantenimiento se lleva a cabo a lo largo del tiempo y van aplicando continuas mejoras para asegurarse de que el impacto ambiental se reduce incluso más.