Con un parque automovilístico donde domina el vehículo diésel, con cerca del 60% según estadísticas de Tráfico, los vecinos de Boadilla del Monte van a sufrir la subida del impuesto al diésel que han firmado PSOE y Unidas Podemos, en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021.
Para el gobierno, este incremento del impuesto pretende acercar el diésel a la gasolina, no reduciendo el gravamen a la gasolina, sino incrementando el coste del litro de combustible en 3,8 céntimos de euro por cada litro, por lo que los conductores de cada litro comprado, pagarán 34,5 céntimos de euro en impuestos.
Para el gobierno, un conductor medio que realice al año unos 30.000 kilómetros, abonará unos 100 euros más al año en impuestos, un impuesto que espera que pueda recaudar cerca de 500 millones de euros anuales extra.
Según el gobierno, “la tributación del gasóleo profesional y bonificado no sufre variación” es decir, solo pagarán este extra los particulares, y profesionales que no están clasificados como “transportistas de gran tonelaje”, es decir, la mayoría de los conductores según La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer).
En Boadilla, según los últimos datos aportados por el ayuntamiento, hay más de 70.000 vehículos domiciliados en el ayuntamiento, donde cerca de la mitad pertenecen a particulares, el resto pertenecen a grandes flotas de vehículos de empresa, como es el caso del Banco Santander.
Hay que recordar que recientemente el pleno del ayuntamiento de Boadilla del Monte dió luz verde a sus ordenanzas fiscales con bonificaciones de hasta el 75% durante el primer año de matriculación y el 60% durante los 6 ejercicios siguientes.
