Aunque siempre puede ser un buen día para presentarse en una floristería y comprar unas flores, ya sean para regalar o para regalarse, es cierto que casi siempre esperamos a una ocasión especial para hacerlo.
Por ello, y de la misma manera que vamos a comprar el pan, el periódico o quedamos para tomar el aperitivo, comprar un bonito ramo debería formar parte de esas pequeñas cosas que alegran nuestras semanas.
Porque, a pesar de su origen efímero, las flores son capaces de levantar el ánimo a cualquiera, tanto a la persona que las recibe como al que las compra, embriagados ambos con sus sutiles aromas y sus vivos colores.
En este artículo encontrarás las floristerías madrileñas con más encanto, ya sea por su originalidad, por su decoración, por la frescura de sus ramos, por la calidad de sus creaciones o por el cuidado a sus plantas.
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Jessica y Víctor son los propietarios de Botánico, una floristería muy célebre en el barrio de Chamberí.
Se caracteriza por su luminosidad y su estilo vintage. Su especialidad son las flores cortadas de temporada: mimosa en primavera; lavanda y protea en verano; peonía, narciso y tulipán en invierno.
También hacen creaciones personalizadas. Desde ramos hasta coronas, centros u otras composiciones florales, en las que las hortensias y el eucalipto reinan sobre las demás.
Y aquí no acaba todo, porque esta floristería guarda un secreto: la parte trasera es un saloncito de té repleto de plantas exóticas. Pregunta a sus empleados y entra hasta el fondo, merece la pena.
Visítala en la calle Santa Engracia 59, a escasos metros de la parada de metro de Iglesia.
