La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Pablo P. Q. a un total de 41 años de prisión por el doble asesinato ocurrido en la madrugada del 19 de marzo de 2017 en un bar de la madrileña localidad de Alcorcón.
Así consta en una sentencia, en la que se condena a María Begoña F. B. a dos años de prisión como autora de tres delitos de encubrimiento. Este fallo es fruto del veredicto de culpabilidad, que el Jurado emitió por unanimidad esta misma semana.
Los hechos se produjeron el 19 de marzo de 2017, entre las 4.30 y las 5.50 horas, cuando el acusado acudió a un local de copas de Alcorcón, en cuyo interior se encontraba el propietario del establecimiento Ignacio J. Ro., otra persona con la “que no tenía buena relación” con llamada Anthony Denny H. C. y su pareja María Teresa C. P.
Tras cruzar unas palabras con Ignacio J., el acusado salió del local para regresar minutos después “portando una pistola semiautomática”. Acto seguido y, “sin mediar palabra y, con la intención de acabar con las vidas de todos los que se encontraban en el local”, Pablo P. Q. disparó, en primer lugar, “de manera totalmente sorpresiva e inesperada” contra Ignacio J., que se encontraba detrás de la barra.
Inmediatamente después, disparó contra María Teresa C., que permanecía sentada frente a la barra junto a Anthony D. H., que al igual que el propietario del bar resultó mortalmente herida.
Pablo tuvo tiempo también de disparar contra Anthony D. H. cuando trató de abalanzarse sobre él, aunque la pareja de María Teresa no pudo evitar que una bala le alcanzara en su muslo izquierdo antes de caer al suelo.
No obstante, la víctima logró agarrar al acusado, quien trató de zafarse golpeándole con un taburete en la cabeza mientras le decía “muérete, muérete”.
En el transcurso del forcejeo, al acusado se le cayó la pistola con el silenciador que portaba, “así como la gorra que llevaba puesta y salió huyendo del local”.
El acusado fue detenido el 21 de febrero del 2018 cuando se encontraba repostando combustible y adquiriendo productos alimenticios en una Estación de servicio de la localidad de Guadarrama en compañía de María Begoña F. B. “con la que había tenido una relación sentimental que finalizó en diciembre del 2016”.
Según la Fiscalía, la acusada sabía que su expareja podría haber sido el autor de los disparos en el interior del local y que desde entonces le buscaba la policía por homicidio y que pese a ello le ayudó a sustraerse a la acción de la justicia.
“En concreto, la acusada le habría ayudado a ocultarse durante varios días, proporcionándole medios para subsistir, tales como un lugar para dormir, ayudándole en sus desplazamientos y comida”, señala el fiscal.
Ignacio J. R. tenía 52 años de edad cuando falleció. Dejó dos hijos, uno de ellos menor edad. María Teresa C. P., tenía 39 años de edad cuando falleció, y dejó también una hija menor de edad.