La educación no puede pararse. El Ayuntamiento de Parla apoya a las familias vulnerables y para ello la Concejalía de Educación ha adquirido 142 tarjetas SIM Wifi que serán repartidas por los centros escolares del municipio entre aquellos alumnos con dificultades económicas.
Estas se suman a las casi 600 que fueron entregadas al comienzo de la pandemia y a las 70 tabletas electrónicas en la apuesta del consistorio por no dejar a nadie atrás debido a las consecuencias del Covid-19. El concejal de Educación, José Manuel del Cerro, ha afirmado que:
“somos conscientes de que los recursos son limitados, por lo que hemos intentado realizar el reparto más equitativo y justo posible”.
José Manuel del Cerro, concejal de Educación Parla (UP IU)
“Es el momento de aunar esfuerzos entre toda la comunidad educativa, y desde el Ayuntamiento de Parla vamos a poner todo nuestro esfuerzo y recursos disponibles con el fin de dar respuesta a las familias y estudiantes más vulnerables”, ha añadido el edil.
Colegios y padres; un compromiso mutuo
Cada colegio del municipio ha recibido un total de cuatro de estas tarjetas, mientras que los institutos, seis. Estos centros serán los encargados de repartirlos entre el alumnado siguiendo sus propios criterios, primando la situación socioeconómica de las familias.
Por su parte, las familias deben firmar un documento por el cual se comprometen a cuidar el material y a darle un uso responsable. Es tarea de todos dar respuesta a las necesidades educativas de los niños para su correcto desarrollo académico.
La brecha digital resta oportunidades
La pandemia puso sobre la mesa el problema originado por la llamada brecha digital. Una de las consecuencias de la crisis del Covid-19 fue la clausura de los centros escolares del país de un día para otro, sustituyendo los pupitres por pantallas. Los hogares se convertieron en aulas improvisadas.
Este tipo de educación telemática precipitada y urgente condujo a que muchos alumnos no pudieran acceder a las clases debido a que no contaban con los medios suficientes para poder seguir adecuadamente con sus estudios.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), nueve de cada diez hogares españoles tiene acceso a internet. No obstante, si cerramos el cerco a las familias con rentas más bajas, tan solo el 9,2% de las que tienen niños en edad escolar carecen de conexión, es decir, 100.000 estudiantes no pueden acceder a la educación on-line.
Por otro lado, un estudio del Comisionado de Infancia muestra que el 20% de los hogares con renta baja no posee un ordenador, lo cual refleja que la falta de acceso a este tipo de medios es casi 20 veces mayor en los hogares más pobres.
La falta de recursos merma la educación de todos aquellos alumnos cuya situación económica no les permite tener un dispositivo en casa con la debida conexión a internet. A pesar de ello, la prioridad de estas familias suele ser el adquirir alimentos más que contratar un servicio de red. Ahí reside el motivo que impulsa a las instituciones madrileñas a dar cobertura a las necesidades de estos niños para que puedan acceder plenamente al derecho fundamental que supone la educación.