La ruta de las patatas bravas en Madrid

Las patatas bravas son las reinas del tapeo, coronando la inmensa mayoría de barras. En la ciudad de Madrid, especialmente, se han convertido en ese bocado cultural al que rendir tributo en los bares y restaurantes. 

Las puedes encontrar clásicas o algo más transgresoras, pero para que sean ‘bravas’ deben ir acompañadas obligatoria y exclusivamente de la salsa que les da nombre.

En la capital madrileña hay verdaderos maestros de la salsa brava, al igual que existen absolutos despropósitos compuestos de tomate o tabasco. Y pocas cosas decepcionan tanto como unas pésimas patatas bravas. 

No hace falta decir que de nada sirve una excelente salsa si la patata no es de buena calidad. Lo ideal es cortarla en dados, que esté crujiente por fuera, cremosa por dentro y no vaya chorreando aceite. 

Y dicho todo esto, aquí os dejamos una lista con las patatas bravas madrileñas que no te defraudarán. ¡Saldrás más contento que unas castañuelas!

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La Retasca

La ruta de las patatas bravas en Madrid

La Retasca es la sublimación de la cocina tradicional. Estamos ante una creación de Juanjo López, también propietario de La Tasquita de Enfrente.

Su carta de aperitivos y tapas tradicionales es amplia y variada. Encontrarás desde gildas hasta torreznos, pasando evidentemente por las míticas patatas bravas. 

Las patatas tienen un tamaño reducido, cortadas en pequeños daditos. Y están acompañadas de una salsa más que sabrosa, pero no picante, que te hará perder el sentido.

En definitiva, son unas de las mejores patatas bravas de la ciudad de Madrid, y hacen temblar a quienes llevan más de medio siglo preparándolas.

Se encuentra en la calle de Ibiza 38, justo al lado del mismo metro de Ibiza.