Las patatas bravas son las reinas del tapeo, coronando la inmensa mayoría de barras. En la ciudad de Madrid, especialmente, se han convertido en ese bocado cultural al que rendir tributo en los bares y restaurantes.
Las puedes encontrar clásicas o algo más transgresoras, pero para que sean ‘bravas’ deben ir acompañadas obligatoria y exclusivamente de la salsa que les da nombre.
En la capital madrileña hay verdaderos maestros de la salsa brava, al igual que existen absolutos despropósitos compuestos de tomate o tabasco. Y pocas cosas decepcionan tanto como unas pésimas patatas bravas.
No hace falta decir que de nada sirve una excelente salsa si la patata no es de buena calidad. Lo ideal es cortarla en dados, que esté crujiente por fuera, cremosa por dentro y no vaya chorreando aceite.
Y dicho todo esto, aquí os dejamos una lista con las patatas bravas madrileñas que no te defraudarán. ¡Saldrás más contento que unas castañuelas!
4Askuabarra
Askuabarra es un sitio minimalista, con pocos adornos, espacio en barra y mesas altas. Aquí se viene a picotear productos tradicionales de calidad con recetas clásicas.
Hay dos clases de bravas: las de la meseta, con esa receta a base de tomate o compuesta de sofrito y pimentón; y las de Levante, las valencianas, que se sirven con alioli ligero y aceite con pimentón.
Estas últimas son las que sirven en este restaurante. Patatas cocinadas en dos tiempos para que salgan cremosas y crujientes, y una salsa a base de guindilla para que pique en condiciones.
Se localiza en la calle de Arlabán 7, al lado de la parada de metro de Sevilla.