La ruta de las patatas bravas en Madrid

Las patatas bravas son las reinas del tapeo, coronando la inmensa mayoría de barras. En la ciudad de Madrid, especialmente, se han convertido en ese bocado cultural al que rendir tributo en los bares y restaurantes. 

Las puedes encontrar clásicas o algo más transgresoras, pero para que sean ‘bravas’ deben ir acompañadas obligatoria y exclusivamente de la salsa que les da nombre.

En la capital madrileña hay verdaderos maestros de la salsa brava, al igual que existen absolutos despropósitos compuestos de tomate o tabasco. Y pocas cosas decepcionan tanto como unas pésimas patatas bravas. 

No hace falta decir que de nada sirve una excelente salsa si la patata no es de buena calidad. Lo ideal es cortarla en dados, que esté crujiente por fuera, cremosa por dentro y no vaya chorreando aceite. 

Y dicho todo esto, aquí os dejamos una lista con las patatas bravas madrileñas que no te defraudarán. ¡Saldrás más contento que unas castañuelas!

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Docamar

La ruta de las patatas bravas en Madrid

Las de Docamar son las mejores bravas de Madrid.

El mérito es de Jesús Cabrera, quien abrió el local en el año 1963, creando con ello una receta intocable que ha perdurado en el tiempo. 

La calidad de las patatas es simplemente espectaculares. Están crujientes por fuera y cremosas por dentro, es decir, como debe estar una patata frita. 

Llevan una salsa anaranjada y brillante que no sabe a tomate, así que intuimos que la receta está elaborada a base de sofrito y pimentón. El resultado es un picor agradable y tan rico que hasta venden la salsa embotellada. 

Se localiza en la calle de Alcalá 37, entre Sevilla y Banco de España.