Ideado en 2005 por la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, como el complejo que acogería todas las sedes de la administración de Justicia dependientes del Gobierno autonómico, la Ciudad de la Justicia ha resultado un macroproyecto fallido rodeado de corrupción y despilfarro.
Este miércoles, 15 años después de la idea inicial de la expresidenta, se ha puesto oficialmente en marcha el Instituto de Medicina Legal de Valdebebas en el único edificio que se levantó en aquel Campus de la Justicia. A pesar de que estaba programada la construcción de hasta 12 edificios, únicamente se erigió “el donut”, como popularmente se lo conoce por su forma circular, y que durante años se ha encontrado en un estado semirruinoso.
Más de 100 millones de euros públicos dilapidados
En su momento, la Comunidad de Madrid dilapidó 130 millones de euros de las arcas públicas, pero el patrimonio neto del Campus nunca superó los 25 millones. Además, durante años la instalación ha generado unos gastaos mensuales de casi 12.000 euros en mantenimiento y vigilancia.
El Ejecutivo de Esperanza Aguirre también gastó 6,5 millones de euros en publicitar el Campus, sin embargo, a penas un millón quedó justificado con expedientes de adjudicación. El resto, 5,5 millones se perdieron y no aparecen reflejados en ningún justificante o contrato.
Hace unos años el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, inició diligencias para investigar, entre otros, presuntos delitos de malversación, prevaricación, tráfico de influencias y delitos societarios que rodean al macroproyecto de Aguirre.
Por su parte, el Tribunal de Cuentas también redactó un informe donde constataba indicios de responsabilidad contable en la gestión de la Ciudad de la Justicia, para la que Aguirre creó la sociedad Campus de la Justicia, y en la que el Tribunal evidencia la falta de documentación del proyecto, y apunta a sobrecostes e irregularidades en la contratación de decenas de empleados del Campus.
Autopsias a fallecidos con coronavirus
Ahora el gobierno de Díaz Ayuso ha reimpulsado el proyecto, reconvirtiendo el Campus para que Valdebebas sea la nueva sede del Instituto Anatómico Forense que, hasta ahora, se encontraba en Ciudad Universitaria. Con más de 13.000 metros cuadrados distribuidos en dos sótanos y cinco plantas, “el donut” casi cuadruplica el tamaño del edificio antiguo, y tendrá capacidad para más de 200 cadáveres.
Desde el pasado mes de noviembre los profesionales del Anatómico Forense han estado trasladándose a la nueva sede y en plena primera ola de la pandemia, durante abril y marzo, el Instituto de Medicina Legal prestó un servicio de morgue.
De hecho, una de las nuevas funciones que tendrá el complejo se encuentra en la sala de bioseguridad, donde se realizarán autopsias a los fallecidos con coronavirus, aunque no todas las autopsias que se realicen estarán vinculadas a las víctimas de la pandemia.