Madrid esconde muchos secretos en sus calles, plazas y edificios. Y uno de los mejores guardados es el de sus jardines y parques ocultos.
Además de la Casa de Campo o El Retiro, la ciudad cuenta con otros espacios verdes más pequeños, menos accesibles pero con mucho más encanto.
Hablamos de una rosaleda apenas conocida, un mini oasis en pleno centro o un rincón escondido en un museo donde tomar un café rodeado de naturaleza.
¡Prepárate para descubrir estos paraísos vegetales!
Jardín del Museo Sorolla
Joaquín Sorolla fue un auténtico exponente del ‘luminismo’, la celebración de la luz.
Su museo es pequeño y encantador, y está ubicado en la mansión construida por el artista en 1910 para pasar sus últimos años. Hoy cuenta con 250 obras que se exhiben en la planta principal.
El salón, el comedor y la sala de desayuno conservan su decoración original. Uno de sus mayores atractivos es su jardín, de inspiración musulmana pero con una pérgola de estilo italiano, un tranquilo oasis de calma en medio del caos de la gran ciudad.
Huerto de las Monjas
Es uno de los jardines secretos con más encanto de Madrid.
El Huerto de las Monjas estuvo protegido por los muros de un convento de monjas que lo utilizaban a su vez como huerto. Se accede a él tras atravesar un pasaje de edificios modernos en el número 7 de la calle Sacramento.
En 1972 se demolió el edificio religioso para construir bloques de viviendas aunque, por suerte, el jardín se mantuvo intacto. En el centro hay una pequeña fuente con tres querubines de bronce.
No hay nada tan relajante como sentarse en uno de los bancos a escuchar el rumor del agua. Silencio y tranquilidad en plena ciudad.
Fundación Olivar de Castillejo
Para visitar este magnífico olivar no es necesario salir de Madrid. A pocos metros del Estadio Santiago Bernabéu se sitúa este espacio verde.
Desde su fundación conserva intactos más de cien olivos centenarios junto con almendros, jaras, retamas y al borde de las parcelas, romeros.
En su jardín se organizan diferentes actividades culturales, entre ellas un cine de verano que atrae a decenas de madrileños los meses de julio y agosto con los mejores estrenos del último año.
Jardín de la Casa-Museo Lope de Vega
El dramaturgo y poeta más prolífico de España, Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635), pasó sus últimos 25 años en esta sencilla y tranquila casa de tres pisos.
Por extraño que parezca, la calle en la que se encuentra lleva ahora el nombre de su rival, Cervantes (que, curiosamente, está enterrado en un convento en la cercana calle Lope de Vega).
La casa y el encantador jardín son notables supervivientes de la época de Oro española y merecen una visita. Los muebles y adornos son reproducciones del inventario de la casa de Lope de Vega.
Jardín del Príncipe de Anglona
En un olvidado rincón de la Plaza de la Paja, en pleno barrio de La Latina, se encuentra este jardín escondido.
Una tapia de ladrillo guarda celosamente el secreto mejor guardado del Palacio del Príncipe de Anglona, quien habitó el edificio y paseó por su jardín en el siglo XIX.
En el centro del recinto se sitúa una pequeña fuente de piedra desde la que salen varios caminos empedrados. También cuenta con un cenador de hierro y una pérgola que se convierte en una colorida rosaleda en primavera.
Rosaleda del Parque del Oeste
Esta rosaleda de más de 30.000 metros cuadrados de extensión es el rincón perfecto para una cita, para probar tu destreza con la fotografía o simplemente para dar un paseo entre bellas flores, fuentes y arbustos.
Fue construida en 1956 por el jardinero principal del Ayuntamiento de Madrid, Ramón Ortiz.
En el centro se sitúa un estanque con nenúfares sobre los que reposa la escultura de una ninfa. En las pérgolas distribuidas por todo el parque puedes encontrar más de medio millar de variedades de rosas.
Rosaleda de San Francisco
Junto a la Basílica de San Francisco el Grande, en el barrio de La Latina, se encuentra este pequeño parque, dividido en varios parterres de rosas (antes dalias).
Eclipsado por la majestuosidad de la iglesia adyacente, este mirador es uno de los mejores y más tranquilos lugares de Madrid para contemplar un bonito atardecer.
El grupo escultórico de ‘San Isidro’, obra de Santiago Costa, preside el recinto. Un rincón ideal para una cita romántica.
Jardines del Museo Lázaro Galdiano
He aquí un museo injustificadamente desconocido para la mayoría, que sin embargo alberga una colección fascinante y extraordinariamente ecléctica.
Se trata de 15.000 pinturas y objetos de arte, que abarcan 24 siglos de historia, acumulados durante más de 70 años por el financiero y bibliófilo José Lázaro Galdiano (1862-1947).
Sus actividades van desde visitas guiadas o talleres para niños hasta conciertos y conferencias. La mansión de cuatro pisos y sus jardines bien merecen una visita.
Jardín del Museo del Romanticismo
Escondido en un jardín interior se encuentra este precioso café y salón de té con tartas y bollería casera, perfecto para cualquier desayuno o merienda.
Está situado en el Museo del Romanticismo, el entorno perfecto si las obras de Gustavo Adolfo Bécquer, Goethe, Lord Byron o Rosalía de Castro te llegaron al corazón.
El museo contiene una encantadora colección de más de 1.600 piezas que incluyen muebles, pinturas, vajilla, pianos… que se enseñan al público tras una profunda reforma que tuvo cerrado este espacio ocho años, para reabrir en 2009.