Todos necesitamos un soplo de aire fresco de vez en cuando. ¿Y qué mejor bocanada que perdernos por la naturaleza madrileña?
Los paraísos naturales de la Comunidad de Madrid no se reducen a Navacerrada, Cercedilla, Guadarrama o Peñalara. También hay lugares fascinantes que pasan desapercibidos porque su afluencia de gente es mucho menor.
¿Preparado para conocer la cara insólita de Madrid?
La Cascada del Hervidero
El encuentro con la naturaleza que vivirás en San Agustín de Guadalix es parecido a aterrizar en un cuento de hadas, un bosque medieval o, si le echas algo de imaginación, en medio de la película ‘Avatar’.
Solo hay cinco kilómetros desde San Agustín hasta la Cascada del Hervidero. En el transcurso, una ruta donde no faltan los puentes de madera e incluso los restos de un antiguo molino.
El río va regalando diferentes saltos a lo largo de su recorrido. El acceso al Charco del Hervidero se realiza a través de una escalera de piedra que parece sacada de un castillo de Drácula, no apta para pies indecisos.
La cascada es completamente espectacular, más aún en los meses más caudalosos y cuando la naturaleza se exhibe sin ningún pudor. Podrás disfrutar del sonido del agua y de los pájaros, pero no te olvides llevar suficientes víveres, porque allí no hay abastecimiento de ningún tipo.
Cenicientos
La excursión al municipio de Pelayos de la Presa puede convertirse en una escapada completa con la visita a Cenicientos, a escasos veinte minutos desde el Embalse de Picadas.
Para no salir de la Comunidad de Madrid, la ruta a seguir transcurre por la carretera de Cadalso de los Vidrios. Aquí el escenario cambia por completo, pues nos adentramos en una parte de la Sierra de Gredos, aunque aún pisando suelo madrileño.
La naturaleza que rodea a este pueblo, el más occidental de la Comunidad, es uno de los secretos mejor guardados de Madrid. Un lugar donde nace el río Tiétar, entre dos peñas donde anidan especies protegidas y muy amenazadas, como el buitre negro o el águila imperial.
Desde Cenicientos salen varias rutas hacia estos parajes: Peña Grande y Peña Chica. Lugares perfectos para la desconexión, sin apenas contaminación y rodeados de enebros, robles y viñedos.
Valle de la Angostura
Rascafría es una de las zonas más famosas de la Comunidad de Madrid. Un auténtico paraíso señalado por los amantes de la aventura y de la naturaleza.
Allí se encuentra el Valle de El Paular, de una belleza hipnótica, aunque hay muchos lugares en las inmediaciones de Rascafría que siendo menos conocidos pueden dejarte boquiabierto.
Un ejemplo es el Valle de la Angostura, donde probablemente encuentres naturaleza desconocida para tus ojos. También podrás contemplar el río Lozoya, que recorre la Sierra de Guadarrama partiendo desde el Puerto de Cotos.
En primavera, época del deshielo por excelencia, el cauce es rabioso y enérgico, abriéndose camino entre pinos, enebros y zarzamoras. Y dejando paradas en el camino en forma de pozas y saltos de agua espectaculares, como el de la Presa del Pradillo.
Cabeza Líjar
La Sierra de Guadarrama es, sin lugar a dudas, el paraíso natural de la Comunidad de Madrid. Se trata del destino predilecto para todos los amantes de la naturaleza y el aire libre.
Hay cientos de lugares recónditos en esta sierra, pero probablemente el más peculiar sea Cabeza Líjar. Esta montaña tiene una de las rutas de senderismo más curiosas y fotografiables que existen.
Recorrer el camino a la cima es hacer un viaje al pasado, concretamente a la época de la Guerra Civil, a través de los restos de diferentes construcciones que merecen una parada en el camino.
Partiendo del Puerto de los Leones, esta ruta por la sierra te llevará unas tres horas, contando con tramos de cierta complicación. En la cima, una sorpresa: un antiguo búnker de la Guerra Civil con un mirador espectacular.
Los atardeceres desde el búnker son sencillamente impagables. Pero ten cuidado con la bajada, porque si vas a hacerla con poca luz es conveniente tener cierta experiencia en trekking.
Pelayos de la Presa
Pelayos de la Presa es el pueblo más cercano al Pantano de San Juan, la playa de Madrid, conocido por todos los madrileños. Pero hay muchísima vida más allá del pantano.
El punto de partida es la zona recreativa del Embalse de Picadas, ubicado en la ribera del Alberche y a la que se accede desde la misma M-501. Esta zona es perfecta para practicar la pesca deportiva o el piragüismo pero, a pesar de que se ve a gente sumergida en el embalse, el baño no está permitido.
Para huir de la aglomeración lo mejor es redescubrir la zona. Desde ahí parten varias rutas siguiendo el curso del río, recorriendo el trayecto que tuvo en su día el ferrocarril del Tiétar: ‘el tren del olvido’. Se puede hacer tanto a pie como en coche.
Entre Picadas y el Pantano de San Juan te perderás en este remanso de paz del río, la mezcla de fragancias de pino y romero, y el vuelo elegante de rapaces como el buitre negro.
Y aunque este paraíso puede parecerse e a Gredos o Monfragüe, aquí la jara y la peonía se adueñan del color del suelo. Y el bullicio del Pantano de San Juan queda lejanamente sepultado.
