Es temporada de calçots y sus más fieles seguidores lo saben, así que si eres un amante de la buena comida, no te puedes perder estos 5 restaurantes en Madrid. ¡Prometemos no decepcionarte!
Para los que no lo saben, pero son unos aventureros en acción, los calçots, son unas cebollas de forma alargada que se hacen a la parrilla y tienen su origen en Tarragona. Es uno de los platos más típicos y apreciados de la gastronomía catalana y suelen comerse en la estación de invierno.
Antiguamente, era más común comerlos en las zonas más occidentales y de interior, donde familias, jóvenes y amigos se reunían en barbacoas para disfrutar el delicioso festín, pero hoy en día los puedes encontrar en cualquier restaurante y algunos están incluso especializados en el plato.
Pero los calçots tienen un secreto y este es su famosa salsa romesco, la cual, está hecha a base de tomates, ajos, pan, pimientos rojos secos, almendras o avellanas, aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta. ¡Esta salsa sin duda es lo que les da el toque especial!
Y ahora que ya sabes qué son los famosos calçots y seguro te ha entrado curiosidad y, sobre todo, mucha hambre, vamos a decirte cuáles son los mejores lugares de la capital donde puedes degustarlos.
Restaurante Casa Jorge
El Restaurante Casa Jorge está especializado en comida catalana y, además, es uno de los lugares más conocidos y mejor valorados de la ciudad Madrid. Con una trayectoria de 27 años, podrás sumergirte en su mundo en cualquiera de sus tres locales: Casa Jorge, La Divina de Goya, La Divina de La Castellana.
Jorge Molina
“Casa Jorge es una Fiesta de la Calçotada, donde la gente viene a degustar y a disfrutar”.
Por el precio de 39€ por persona podrás vivir una experiencia culinaria que incluye primeros para compartir, los auténticos calçots, una gran parrillada maridada con el mejor vino y, por último, un delicioso postre.
Lakasa
Autodefinidos como “El lugar donde quieres volver”, Lakasa está situado en pleno corazón de Chamberí, concretamente en la Plaza del Descubridor Diego de Ordás, 1.
Este restaurante sorprende por su estilo novedoso e innovador, ya que van más allá del tradicional plato de calçots y, en su lugar, lo transforman en lo que más nos gusta en esta tierra ¡las croquetas!
Otro de sus secretos es que utilizan una variedad especial de la cebolla conocida como vigatana, esta proviene de Vic, municipio del interior de Cataluña y destaca por un sabor más dulce respecto al resto.
Paradis Madrid
Si buscas algo en pleno centro, Paradis Madrid es tu lugar, ya que se encuentra en la calle del Marqués de Cubas, 14. Y, ¿cómo no? Tienen una sección dedicada su plato estrella. Si te fijas bien, podrás ver uno de sus secretos de preparación ¡rebozan los calçots!
Este restaurante ofrece un menú degustación completo por 36€ el comensal, el cual, está compuesto por una tabla de embutidos caseros, calçots en tempura, croquetas caseras, pan con tomate, carne a la brasa y postre. ¡No olvides hacer tu reserva!
Can Punyetes
Los conocedores y habituales de los calçots, saben que hay ciertos restaurantes que ofrecen un precio más módico por degustar este manjar y donde estos están hechos igual bien y jugosos, y este es el caso deCan Punyetes.
El local especializado en cocina mediterránea y tradicional ofrece sus mejores calçots con salsa romesco, por tan solo 9,80€. ¡El bolsillo lo agradece! Y es aquí es donde está el verdadero sabor y precio catalán.
Si vas con familia o amigos, no dudes en preguntar por los menús especiales para grupos. Su horario es de martes a domingo de 13:00 a 17:00h (provisional).
Calsot Restaurante
Calsot Restaurante es un lugar especializado en la propia materia, no hay más que ver su nombre. Su éxito reside en que puedes encontrar las codiciadas cebollas incluso después de finalizar la temporada.
Su menú está diseñado para dos personas, 24€ cada una, y está formado por tostada de pan con tomate, los mejores embutidos catalanes, una ración de 12 calçots por plato y, finalmente, un combinado de carnes a la brasa.
Se encuentra situado en la Avenida de la Paloma, 36, Hoyo de Manzanares. Sus dueños explican que es todo un ritual gastronómico que incluye babero, amigos y, sobre todo, mucha desconexión. Así que ya sabes, ¡a ensuciarte las manos!