Los auténticos amantes del helado no entienden de estaciones. Hasta en pleno invierno, con 5ºC y una bufanda gigante enrollada al cuello, creen que es el momento perfecto de meterse una buena bola de helado.
Además, es superior a sus fuerzas, porque divisar una heladería es sinónimo de sentir una ganas irrefrenables de devorar, aunque sea, un pequeño cucurucho o tarrina. Y lo sabes.
¿.
¡Comenzamos la ruta!
La Pecera
La Pecera es un espacio submarino en el que reinan los taiyakis artesanos. Actualmente lo gestionan Marco y Bea, responsables del furor que está causando este bollito con sabor a gofre y tortitas en la capital.
El taiyaki es original de Japón, un dulce esponjoso por dentro y crujiente por fuera que se puede probar en dos sabores diferentes, chocolate o vainilla, y se rellena de helado.
Pero este no es un helado normal y corriente. Utilizan surtidores de helado soft, menos frío y más cremoso, donde el sabor se aprecia rápidamente. Puedes elegir entre los sabores clásicos, chocolate y vainilla, u otros sabores que van variando con el tiempo. Actualmente tienen el de yogur griego, pero han tenido hasta de té matcha o caramelo salado, por ejemplo.
La traca final son sus infinitos toppings: brownie, palmera, gofre de vainilla, cookie, oreo o pretzel molidos, coco tostado, cornflakes, algodón de azúcar… y mucho más.
Otra de sus últimas novedades es el Taiyaki Boom, un topping extra opcional y solo apto para los más golosos. Se trata de una pajita de barquillo rellena al gusto: dulce de leche, Nutella o chocolate blanco son las opciones, entre otros.
¡Y hay más sorpresas! Con motivo del día de los enamorados, el archiconocido San Valentín, ofrecerán su maravilloso Cherry Love. Un helado de cereza suave que ya enamoró a todo el que lo probase el año pasado, y ahora vuelve para seguir conquistando corazones con su cremosidad y dulzura.
Pero eso no es todo… durante el próximo domingo 14 de febrero cuentan con una promoción especial de 2×1 en taiyakis. ¿Se te ocurre un plan mejor?
Cuentan con dos establecimientos en la capital: uno en la calle de Velarde 2, en Tribunal; y otro en la calle de Tetuán 36, al lado de la Puerta del Sol.
La Pollería
La Pollería es conocida en todas partes por sus ‘pollofres’ y ‘pollolos‘.
Comenzaron triunfando con los ‘pollofres’, pero el verano pasado se sacaron de la manga la versión helada de aquel éxito. Era cuestión de tiempo que esto sucediera.
Los ‘pollolos’ son polos de hielo afrutados, con sabor a elegir entre fresa, limón y kiwi; o bañados en cobertura de chocolate o vainilla. Y todos ellos, como no podía ser de otra manera, con forma fálica.
Frescura, picardía y buen humor son los ingredientes extra de este gran descubrimiento de 17 centímetros de longitud, aproximadamente. ¿Estás preparado?
Se encuentra en la calle de la Gravina 3, en el barrio de Chueca.
The Patissier
Ricardo Vélez, chef artífice de Moulin Chocolat, es el culpable de que hayamos muerto de amor con su nueva tienda pop up: The Patissier.
Un espacio efímero que suelen utilizar para cursos y catas, pero que han convertido en una tienda muy mona en la que no sabrás a dónde mirar, y sobre todo, no sabras qué pedir. ¡Todo está de rechupete!
Puedes probar sus helados en tarrina individual de varios tamaños, pero nosotros te recomendamos catar su esponjoso brioche relleno de una bola de helado o sus conos, hechos de un barquillo artesano. De otro planeta.
Podrás elegir entre 6 sabores: lemon Pie, fresas Mara Des Bois, leche merengada y tocino de cielo, vainilla y Habana 7, avellana del Piamonte y, por último, guanaja forever.
Se sitúa en la calle de Columela 9, en la zona de Retiro.
Lolo Polos
Un día cualquiera sonó el teléfono en la pequeña guarida de eat&love Studio, y Azmina Khanbhai los hizo partícipes de su sueño.
Consistía en fabricar polos hechos a mano como los que su madre le hacía de pequeña en una heladera de madera. Lo que después se convirtió en la excusa perfecta para que sus niños tomasen fruta.
Y así nació Lolo Polos, ese pequeño rincón veraniego en el que es inevitable girarse al pasar por delante. Sus deliciosos helados de stick están elaborados siempre en sintonía con la temporada, y están compuestos de fruta fresquita -entre un 70 y un 80% de cada polo-.
También los encontrarás hechos de yogur, menos ácidos que los cítricos. Pero, además, aquí no vas a encontrar las aburridas mezclas de siempre, sino una combinación de frutas clásicas y exóticas con distintas especias (pimienta, azafrán, chile, semillas de chía y mucho más.
Cuentan con dos locales abiertos en Madrid: uno en la calle del Espíritu Santo 16, en Tribunal; y otro en la Plaza de Santa Bárbara 4, en Alonso Martinez.
Amorino
Huir de las dichosas cadenas es algo que todos deberíamos seguir como filosofía de vida. Pero, a veces, hay excepciones: Amorino es una de ellas.
Esta heladería italiana tiene su centro de operaciones en París, pero han abierto locales por toda Europa.
Su carta de helado va cambiando según la estación del año, y su sabor va mucho más allá de los clásicos de toda la vida, añadiendo además una sección bio y otra vegana. Tratan de elegir muy bien la materia prima porque siempre se han propuesto contentar a morrofinos bien exigentes, y eso se nota.
Aunque, si hay algo que les da un toque diferente, es la presentación del helado: lo hacen en forma de flor sobre el cucurucho. ¿Algo mejor que una bonita y fresquita flor para alegrar cualquier día?
Tienen tres establecimientos en Madrid: uno en la calle Mayor 40, al lado de la Plaza Mayor; en la calle de Postas 3, en Callao; y otro en la planta 9ª del Corte Inglés de Callao.
Kalúa
Kalúa es una de las heladerías más famosas de Madrid. Y con toda la razón del mundo, porque tienen más de 40 sabores diferentes de helado y todos están de rechupete.
Llevan más de 30 años elaborando helados naturales y, sin ninguna duda, se trata de una de las paradas obligatorias en esta ruta del helado madrileño.
Y ahí no queda la cosa. Más vale que te pongas un babero si te paras a mirar su escaparate, porque tienen unas tartas para morir por exceso de chocolate: Kinder Bueno, Oreo Golden, Reeses, Lotus y un sinfín más.
Si ninguna de estas opciones te convence, también puedes elegir entre alguno de suscrepes, gofres, galletas de Nutella o mantequilla de cacahuete.
Puedes combinar cualquier comida con los batidos de Pantera Rosa, Oreo, cookies o brownie. Y si quieres algo más ligerito, también tienen un café delicioso.
La encontrarás en la calle de Fuencarral 131, entre Quevedo y Bilbao.
Ice Wave
Otra de las heladerías más originales de Madrid es Ice Wave Madrid.
Esta franquicia lleva ya varios años estimulando nuestros paladares y ha llegado a casi todas las grandes ciudades de nuestro país, convirtiéndose en uno de los principales referentes en el sector de las heladerías.
Lo que hace único a sus helados es su método de creación, que se remonta a una antigua tradición tailandesa, aprendida por uno de los fundadores de la franquicia durante un viaje al país asiático.
En Ice Wave, crean los helados utilizando una plancha helada, donde añaden los ingredientes y después rascan el helado, formando pequeños rulitos. Además, la frescura y la calidad de sus ingredientes aseguran que el producto final sea todo un sobresaliente.
Lo puedes encontrar en el Centro Comercial Islazul, ubicado en la calle Calderilla 1.
