El éxodo rural en apenas 20 años cambio el espectro de la sociedad española, transformando nuestro mapa demográfico. El país se modificó con la despoblación en los campos por parte de jóvenes que emigrarían a las ciudades. Con el paso del tiempo esta situación no se ha revertido, sino que ha aumentado.
En el año 2007 se dio la circunstancia de que por primera vez la población urbana superó a la rural. Por consiguiente, la Fundación Madrina se aprovecha de este desequilibrio para ayudar a las familias pobres consiguiéndoles un hogar en los pueblos ‘despoblados’ de España.
Las ayudas de la Fundación Madrina
La Fundación Madrina lleva a cabo su proyecto “Pueblos Madrina”, a través del cual busca realojar a familias vulnerables con menores en zonas rurales despobladas. Esta iniciativa, contribuye con familias que se encuentran en situación de calle o de desahucio en grandes ciudades como Madrid.
En la actualidad, este proyecto realoja hasta 3 familias y 15 niños cada semana en zonas rurales, con perfiles de familias inmigrantes y españolas, siendo esta última la tendencia acelerada tras el inicio de la pandemia. A la fundación llegan más de 10 familias diarias que engrosan una lista de espera de más de 500 familias sin techo.
La situación ocasionada por la crisis del coronavirus está generando una “nueva pobreza” que se está transformando en “pobreza estructural” de manera acelerada en España. La crisis económica, el paro y la falta de ayudas sociales, sitúa a centenares de familias con menores en situación de calle.
El bagaje de Fundación Madrina indica que la infancia y juventud son la más perjudicadas por la falta de hogar de sus familias, ya que existen condiciones inhumanas de convivencia en los hogares donde se hacinan los miembros de una misma familia. Hasta el punto de generar “estrés”, enfermedades y “fracaso escolar”.
Por el contrario, se comprueba que que estos mismos niños, cuando van con su familia al entorno rural son más felices, desapareciendo el estrés y mejorando las calificaciones escolares.
Desde la Fundación Madrina aseguran que “Las ciudades se pueden llegar a convertir en una “trampa mortal” para las familias vulnerables con hijos: previendo un “éxodo” de familias vulnerables desde las ciudades al campo, donde es más fácil sobrevivir a una crisis como la actual”.
Los beneficios de mudarse al pueblo
Esta iniciativa busca paliar este problema con la ayuda de sus “madrinas rastreadoras”, que hablan con párrocos, maestras y alcaldes de pequeños pueblos, menores de 4.000 habitantes normalmente.
Algunas de las familias realojadas cuentan con hasta 6 o 9 hijos, que difícilmente pueden sobrevivir en las grandes ciudades. Los pueblos brindan alojamiento gratuito hasta que encuentren un trabajo.
La experiencia de la organización han verificado que se consigue trabajo en varios meses, de limpieza y cuidado de mayores para las mujeres y de hostelería y cocina en los hombres. Asimismo, hay familias que pueden llevar el bar o tienda del pueblo o en menor medida, a tareas agrarias y ganaderas.
Otro de los beneficios reconocidos por la fundación, especialmente en adolescentes, donde los problema de ansiedad y estrés se reducen considerablemente. Se ha experimentado un cambio positivo que según los padres, ha mejorado mucho sus notas, y se encuentran más felices y dinámicos.
Además, el proyecto “Pueblos Madrinas” no solo está consiguiendo darle ‘vida‘ a los pueblos, sino que ha conseguido mantener abiertos los colegios y servicios relacionados de zonas rurales, donde la escasez de alumnos y despoblación les obliga a cerrar en numerosas ocasiones.
El colegio Santa María del Berrocal (Ávila), donde en una semana han pasado de tener una previsión de cerrar la escuela en abril de 2021, a abrir dos aulas con el realojo de 2 familias y 12 niños por parte de Fundación Madrina.
Hasta el momento, la Fundación Madrina ha ayudado a a más de 300 familias y mujeres, y a más de 1.000 niños menores de 3 años. Se han conseguido repoblar familias en pueblos de las provincias de Ávila, Guadalajara, Castilla-León, Segovia y Extremadura.