Ayer 9 de febrero, se cumplieron 170 años del viaje inaugural de la línea entre Madrid y Aranjuez. El mismo día pero de 1951 se ponía en funcionamiento el primer ferrocarril madrileño, que unía a la capital con Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos, Seseña y Aranjuez.
El tramo hasta Aranjuez se convertiría en el primer eslabón de una línea ferroviaria que en 1858 alcanzaría el puerto mediterráneo de Alicante, siendo así la primera línea radial finalizada en España.
Nacimiento de la vía ferroviaria en Pinto
La línea nace en base a una petición presentada a la Administración del Estado en 1830, llevada a cabo por varios ilustres personajes, entre ellos el Marqués Viudo de Pontejos.
Se efectuó la construcción de un camino de hierro que se desplegaría desde Madrid a Aranjuez. De este modo, según indicaba la petición se uniría la Corte con el Palacio Real de Aranjuez y, en abril o mayo, “concentraría a los madrileños que, saliendo de casa a media mañana, comerían en Aranjuez para volver al Prado por la tarde, lo mismo que se hace, hoy día, con Vista Alegre”.
Por otro lado, se realizaron los pertinentes reconocimientos del terreno y se redactó el proyecto. Finalmente, la propuesta fue aprobada por Fernando VII, pero la falta de interés de los medios financieros imposibilitó la creación del mismo.
En 1843 Pedro de Lara y Meliá intentaron convencer a las fuerzas vivas de Alicante de la importancia de unir esta ciudad con Madrid. De nuevo, la falta de financiación suficiente y la tardanza de los permisos gubernamentales fueron enfriando los ánimos de los inversores alicantinos.
Del mismo modo, antes de que decayera el proyecto los impulsores Lara y Meliá consiguieron iniciar la construcción, con la ayuda de otros socios la sociedad denominada Camino de Hierro de María Cristina, que ostentaría los derechos para la realización del ferrocarril en el tramo Madrid-Aranjuez.
Después de superar varias adversidades, el 9 de febrero de 1851 se pusieron en servicio los casi 49 kilómetros de la línea ferroviaria que desde entonces une las dos ciudades y significó, asimismo, la apertura de Madrid hacia el sur y el levante peninsular.
La inauguración del tren Madrid-Aranjuez
La inauguración estuvo marcada por la asistencia de la familia real, el Gobierno, las Cortes, autoridades provinciales y locales. Para trasladar a todos los invitados se realizaron varios viajes de ida y vuelta en varios trenes entre el embarcadero de Atocha y la primitiva estación de Aranjuez, situada frente al Palacio Real.
Miles de madrileños se lanzaron desde primera hora a las calles a curiosear y hasta 300.000 personas en total llegaron a participar de algún modo en la fiesta, repartidas por todas las localidades por las que pasaba la línea, entre ellas Pinto.
Actualmente, el trazado ferroviario entre Madrid y Aranjuez se encuentra integrado dentro de la línea C-3 de la red de Cercanías de Madrid. Por ella discurre desde el año 1984 el Tren de la Fresa, tren histórico que opera Renfe y gestiona la Fundación de los Ferrocarriles Españoles a través del Museo del Ferrocarril de Madrid.