Madrid siempre ha sido un cruce de caminos que ha acogido a todos los que han acabado viviendo en sus calles. Desde tiempos inmemoriales, todos han sido bienvenidos en la Villa y Corte.
Las Cavas de La Latina han sido histรณricamente ese punto de encuentro de los que vinieron a Madrid a buscarse la vida. Repasamos su historia y viajamos al tiempo en el que eran un rรญo que defendรญa a la capital.
La Latina, el gran barrio histรณrico de Madrid
La Latina forma parte de la zona mรกs antigua de la capital. Es muy dificil delimitarlo pues no es un barrio en sรญ, sino un gran distrito que abarca desde parte del Madrid de los Austrias.
Este es un lugar con un marcado carรกcter castizo. En sus calles se han producido la mayorรญa de los grandes sucesos que han marcado la historia, no solo de Madrid, sino de Espaรฑa.
Se podrรญa decir que La Latina podrรญa ser considerado como el verdadero casco histรณrico de Madrid. Junto a Lavapiรฉs, constituye la parte mรกs antigua de la capital.
Dos de los grandes bastiones de este singular barrio son sus mercados. Obviando la poderosa presencia que ocupa El Rastro cada domingo, sus mercados cubiertos son parte de la historia de Madrid.
Para comenzar la historia de hoy, nos vamos a situar en el Mercado de la Cebada y en su vecino, el Mercado de San Miguel. Estos eran el centro econรณmico de la antigua villa de Madrid.
Las Cavas de La Latina, de fortaleza a tener las puertas abiertas para todos
Si nos imaginamos que La Latina es un gran corazรณn, sin duda alguna las arterias del mismo serรญan las dos Cavas: la alta y la baja.
La Latina coincide con el emplazamiento de la antigua muralla รกrabe que rodeaba Madrid. Cuando los cristianos reconquistaron la ciudad, esta cerca se ampliรณ para dar cabida a la nueva ciudad.
Con motivo de esta ampliaciรณn, las dos Cavas se transforman en esta nueva muralla cristiana que redibujaba los lรญmites de este nuevo Madrid cristiano.
La Cava Baja, con el objetivo de defender la ciudad de los ataques, se convirtiรณ en un gran foso lleno de agua que impedรญa que los enemigos penetraran en Madrid.
Si nos fijamos en los azulejos que le dan nombre a esta calle, podemos ver reflejado este pasado de fortificaciรณn que les otorgรณ la denominaciรณn que ahora lucen ambas.
Fue en el siglo XV cuando el foso de la Cava Baja fue desecado. Allรญ se empezaron a construir nuevas casas pegadas a la muralla cristiana.
Para ser testigos de que esta muralla cristiana realmente existiรณ, solo hay que fijarse en las fachadas de los bares mรกs antiguos de esta calle, pues en ellas podemos contemplar aรบn algรบn resto de la misma.
Los comerciantes de Espaรฑa y sus viajes a la capital
Una vez situados la historia de La Latina y de sus dos calles mรกs emblemรกticas, nos embarcarnos en la historia de hoy: las posadas del Madrid antiguo.
Los mercados de La Latina eran el centro neurรกlgico de la capital. Estos concurridos lugares eran un importantรญsimo punto de encuentro del comercio a nivel nacional.
Toledo, Segovia, Guadalajara, Extremadura… eran los lugares de origen de muchos de los que llegaban a la capital con la esperanza de vender sus productos.
Antes no se viajaba tan rรกpido como antes, por ello pasar una noche en Madrid era requisito indispensable para el descanso de todos estos comerciantes.
Por este motivo, en el barrio comenzaron a aparecer numerosas posadas para dar respuesta a las necesidades de alojamiento de la gran cantidad de viajeros que recibรญa Madrid.
La importancia histรณrica de las posadas de Las Cavas de La Latina
Estas primeras posadas de Madrid comienzan a instalarse en estas dos calles emblemรกticas del barrio de La Latina. Normalmente, la fachada principal estaba en la Alta y la parte de atrรกs en la Baja.
Allรญ se alojaban los agricultores, verduleras, arrieros… comerciantes de todo tipo que llegaban desde todas las partes de Espaรฑa a vender sus productos a los mercados de La Cebada y San Miguel.
Estas posadas tenรญan una normativa muy clara. El alojamiento era muy econรณmico y no tenรญa muchos lujos, pero a cambio el viajero debรญa cumplir una serie de requisitos.
Las habitaciones no contaban con agua, pero los clientes no podรญan llegar borrachos al hostal. Tampoco se les abrรญa la puerta si aparecรญan mรกs tarde de las 11 de la noche.
Ademรกs de las posadas, las Cavas de La Latina contaban con estupendas tascas con gran fama que dieron de comer a todo el Madrid de la รฉpoca. Alguna de ellas aรบn se conservan en su emplazamiento original.
Viaja en el tiempo visitando estas histรณricas posadas
De todo aquello, ya solo se conserva una pequeรฑa parte. Aรบn asรญ solo hace falta acercarse a La Latina y pasear por Las Cavas para poder viajar a aquel tiempo de comerciantes y murallas.
La Posada de la Villa todavรญa sigue operativa desde el aรฑo 1642. En ella se daba comida y alojamiento a todos los viajeros que llegaban a Madrid. Es una de las mรกs antiguas de Espaรฑa.
Otra de las que siguen allรญ es la Posada del Dragรณn. A comienzos del siglo XVI era un granero municipal que se convirtiรณ en 1868 en casa de huรฉspedes. Su interior es el tรญpico patio madrileรฑo de corrala.
La Posada del Leรณn de Oro es otra de las que aรบn sobreviven. Su nombre viene de un antiguo escudo de armas con un leรณn dorado que se colocรณ en su puerta.
Aunque ahora la situaciรณn no acompaรฑa, las Posadas de Las Cavas de La Latina de siguen siendo un refugio para todos esos turistas que buscan descubrir el Madrid mรกs castizo. Alojarse en ellas es dormir sobre un trozo de historia.
