Una de las estampas más fotografiadas de todo Madrid sin duda es la que dibuja el Arco de Cuchilleros de la Plaza Mayor. Las escaleras de esta pequeña calle son las más famosas de toda la capital.
Hogar de famosos personajes, este pasaje fue la chispa que hizo hacer Madrid cuando los franceses pisaron sus calles. Conoce todos los secretos de este arco y recorre la historia de la capital subiendo sus escaleras.
Las diez puertas de la Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Madrid es uno de los lugares más visitados por los turistas que vienen a la capital. Su estructura cerrada hace que perderse por sus accesos sea toda una aventura.
Este monumento madrileño cuenta con un total de 10 puertas. Cada una de ellas está bautizada con un nombre que recoge una historia que las hace totalmente únicas.
La ‘calle 7 Julio’ es la que sale de la Casa de la Panadería y conecta con la calle Mayor. Antes era conocida como ‘calle de la Amargura’. Los cronistas cuentan que se llamaba así porque por allí pasaban los reos camino de ser ajusticiados en la misma plaza. Finalmente se acabaría llamando calle 7 de julio en recuerdo a los héroes de 1822.
Un poco más allá se encuentra el ‘callejón del infierno’. Este nombre viene del devastador incendio que sufrió la Plaza Mayor en 1672. Las llamas eran tan fuertes que nadie podía salir por aquí, de ahí su denominación.
En otra de las caras está la ‘calle de la Sal‘. Hoy está repleta de tiendas antiguas, pero en su tiempo era un depósito donde se vendía este preciado producto. En aquel tiempo era considerado como ‘el oro blanco’. Esta es la que une la plaza con la Puerta del Sol.
Y de entre todas ellas, hay una que destaca sobre las demás. Posiblemente sea el más fotografiado de la zona y uno de los lugares más bonitos de Madrid. Este no es otro que el Arco de Cuchilleros.
Así es el Arco de Cuchilleros desde dentro
El Arco de Cuchilleros se llama así porque a sus pies es donde se encontraba el gremio de cuchilleros de la villa. Este no es una puerta más de la Plaza Mayor. Como se puede observar, cuenta con una larga escalinata para acceder a ella.
Los cuchilleros de la zona eran los encargados de abastecer de utensilios a la Casa de la Carnicería. Esta estaba ubicada en el interior de la misma plaza, por ello se encontraba en el lugar ideal para ello.
A los pies de esta escalinata, se encuentra la Cava de San Miguel. Esta inusual forma se construyó para salvar el gran nivel que hay entre la Plaza Mayor y esta calle. Fue construido en 1617, pero remodelado en 1790 tras el gran incendio.
La escalerita es de piedra y se encuentra toda bajo la cúpula del Arco de Cuchilleros. Se puede decir que es una calle de pocos metros que, además, está totalmente escalonada.
De hecho, este lugar aparece en el callejero oficial de Madrid como ‘calle de la escalerilla de piedra’, siendo esta una de las más cortas de toda la capital.
La curiosa historia de la Cava de San Miguel
Como ya hemos dicho, el Arco de Cuchilleros conecta la Plaza Mayor con la calle Cuchilleros y la Cava de San Miguel. Esta última es una de las calles más curiosas de todo Madrid.
En primer lugar, se llama ‘Cava’ y no calle por una razón concreta. Cuando Madrid era una ciudad amurallada, esta estaba rodeada por una fosa que también se llamaba ‘cava’.
La Cava de San Miguel era una de las fosas cuya misión era defender a la villa de Madrid de los ataques exteriores. Otro ejemplo de ello eran las vecinas Cava Baja y Cava Alta, en el barrio de La latina.
Cuando la muralla se derrumbó, estas calles se tuvieron que rellenar con tierra para poder ser ocupadas por nuevas casas. Sin embargo, el desnivel entre esta y la Plaza Mayor sigue siendo bastante considerable.
De hecho, en su tiempo, los edificios de la Cava de San Miguel fueron los más altos de Madrid. Contaban con hasta ocho piso, cosa que era totalmente inaudita en aquella época.
Otra de las cosas interesantes de esta calle es que, si nos fijamos, es curva. Esta forma de construir tiene su sentido. El objetivo era sustentar el peso de la Plaza Mayor. Estas casas actúan como muro de contención.
El púlpito que pudo con los franceses
Si subimos de la Cava de San Miguel a la Plaza Mayor por las escaleras del Arco de Cuchilleros podremos ver un elemento que nos llama la atención. Este peculiar acceso tiene un pequeño púlpito en su interior.
Este púlpito hecho con una verja negra guarda un montón de secretos. El primero de ellos es que era la entrada a una taberna muy famosa de Madrid. En ella se daban cita conspiradores, trajinantes y bandidos de la época.
Además de ello, la historia más curiosa sucedida en este lugar se remonta al día 2 de mayo de 1808. Este día marcaría un antes y un después en la historia de todos los madrileños.
Cuando las tropas de Napoleón entraron en la ciudad, un monje del Convento de San Gil se subió a este púlpito. Desde aquí el fraile Antonio, a viva voz, animaría a los madrileños a defender la ciudad de los franceses.
Al parecer, este discurso fue tan emocionante que muchos lo consideran como un momento clave en el insurrección de Madrid contra los franceses. Aquel día el pueblo madrileño demostró todo su carácter frente a la invasión napoleónica.
Fortunata vivía en el Arco de Cuchilleros
Además de este histórico acontecimiento, el Arco de Cuchilleros guarda aún más secretos. En una de las casas de las que hace de portal vivió un importante personaje literario.
Benito Pérez Galdós fue uno de los escritores más importantes de la historia de la literatura española. En sus obras, además de todos sus personajes, la misma ciudad de Madrid es un protagonista más
El escritor canario quiso que una de las protagonistas de ‘Fortunata y Jacinta’ tuviera su domicilio justo en el Arco de Cuchilleros de la Plaza Mayor. Así lo revela el libro:
Recorrer el ‘Madrid Galdosiano’ es toda una gozada pues ser consciente de que los personajes de sus obras recorrieron las mismas calles que tú mismo pisas es un lujo no al alcance de todos.
Después de conocer todo esto, la próxima vez que subas las escaleras del Arco de Cuchilleros, imagínate al fraile Antonio maldiciendo a los franceses o a la misma Fortunata entrando en su casa tras atravesar esos mismos escalones.