Pintoras, científicas, políticas, revolucionarias… pero ante todo: madrileñas

Fátima de Madrid, María Inés Calderón, Teresa Cabarrús, Rosario de Velasco… todas ellas fueron madrileñas que marcaron un hito en la historia. Sin embargo, sus nombres quedaron en el olvido por culpa de una sociedad que se encargó de invisibilizarlas.

La mejor manera de reivindicar su figura es que las futuras madrileñas sepan que, antes que ellas, ya hubo muchas que anduvieron para que las resto pudiera correr.

Ojalá llegue el momento en el que hablar de estas mujeres como si fueran extraordinarias fuera absurdo. Será entonces cuando la igualdad sea tan plena que a nadie le extrañará su presencia.

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Fátima de Madrid, la madrileña que amaba las estrellas

Fátima de Madrid

Muy pocos saben de su existencia y varios más han querido borrar de la historia el nombre de esta gran científica. ‘Fátima de Madridnació a finales del siglo X en la capital y poco se conoce de ella.

Fátima era hija de ‘Maslama al-Mayriti’, que traducido al castellano sería Maslama, ‘El Madrileño’. Este era un famoso astrónomo de la época árabe que llegó a fundar la escuela de Astronomía y Matemática de Córdoba.

La mejor alumna de Maslama era su hija Fátima. Juntos fueron capaces de descubrir numerosos avances en el ámbito de la astronomía y las matemáticas. Estudiaban mano a mano desde el cálculo de la posición del Sol hasta la visibilidad de la luna.

Fátima de Madrid escribió brillantes trabajos que se recogieron en una desconocida obra llamada ‘Correcciones de Fátima’. Sin embargo, la historia se han empeñado en olvidar el trabajo de esta madrileña.

Muchos historiadores aseguran que Fátima en realidad nunca existió. Sin embargo, solo hay que acercarse a la biblioteca del Escorial para comprobar que esta mujer sí fue real. Allí se conserva su obra “Tratado del astrolabio” como prueba.

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Uno de los escritos de Fátima de Madrid

Gracias a los trabajos de Fátima se pudo posteriormente determinar la posición exacta de muchas estrellas. Muchos siglos antes de que supiéramos qué es el feminismo, ella ya demostró que la ciencia no entiende de géneros.

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