La decisión ministerial de cerrar las pistas de Navacerrada por “motivos medioambientales” abre un nuevo frente entre el ejecutivo nacional y el gobierno regional de Díaz Ayuso
Los datos hablan de pérdidas millonarias para la comunidad, así como un total de medio millón de trabajadores en paro debido a lo que, desde la región, consideran una decisión “unilateral, caprichosa e ideológica”.
El cierre de Navacerrada en cifras
La Comunidad de Madrid ha cifrado en más de 2,5 millones de euros por temporada las pérdidas que supondrá el supuesto cierre de las pistas de esquí de Navacerrada.
Además de ello, hay que tener en cuenta los entre 300 y 500 empleos directos menos que trae consigo la decisión del Gobierno central de no renovar la concesión de explotación.
La consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín, se ha reunido este jueves con la empresa concesionaria de la estación de esquí y con la Federación Madrileña de Esquí.
En esta reunión, Martín ha destacado que el cierre de las pistas es una decisión “unilateral, caprichosa e ideológica” por parte del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
“No hay razón medioambiental, se alude al cambio climático. Por este motivo tendrían que cerrar las 38 pistas y, además, supone un castigo para familias con menos recursos”, ha insistido, en declaraciones a los medios tras la reunión.
Nuevo frente entre Ayuso y el Gobierno de España
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), ha pedido este jueves al Gobierno que no cierre las pistas de esquí de Navacerrada para evitar perder medio millar de puestos de trabajo, directos e indirectos.
De nuevo se abre otro frente entre el Gobierno Regional de la Comunidad de Madrid y el Ejecutivo Nacional. Esta vez, por esta polémica decisión que atañe a las pistas de Navacerrada.
Esta petición ha surgido en una visita al centro comercial Xanadú que, junto a Navacerrada y Valdesquí, pertenece al circuito de pistas de nieve dentro de la comunidad madrileña.
Ayuso ha criticado que la pista cubierta de Xanadú “va a ser la única que puedan disfrutar los madrileños porque el Gobierno ha decidido otra vez cerrar de manera unilateral”.
“Nos parece que es una agresión al mundo rural, y viniendo precisamente de un ministerio que tiene esas competencias”, ha dicho la presidenta de la Comunidad de Madrid.
La presidenta regional quiere que esta pista “tan querida y tan necesitada para los madrileños amantes de la montaña siga abierta, siga empleando”. Así, ha pedido que sean “coherentes y no impongan el modelo de cierres por cerrar”.
Así continúa la situación en Navacerrada
A principios del mes de marzo conocimos la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) de no renovar la concesión tras 30 años de explotación.
El motivo, según explica el ministerio, es el dramático escenario que está dibujando el desarrollo del cambio climático en la zona. Esto ha hecho que la nieve disminuya en un 25% en los últimos cincuenta años.
Los ayuntamientos de la zona en seguida se quejaron ante el gobierno para evitar el desmantelamiento de estas pistas. La economía de la zona depende del turismo que llega a disfrutar de estos parajes nevados.
Para ello, los consistorios de Navacerrada, Cercedilla y La Granja de San Ildefonso (Segovia) se reunieron con la ministra de transición ecológica, Teresa Ribera, para intentar encontrar una solución para evitar el cierre.
Por otro lado, la consejera de medio ambiente de la Comunidad de Madrid ha trasladado que van a hacer “un frente común” junto a la concesionaria de las pistas y Castilla y León para trabajar en la misma línea y conseguir que no se lleve a cabo el cierre.
Otros de los que se oponen a la decisión del gobierno son los esquiadores. El presidente de la Federación Madrileña de Esquí, Antonio Fernández, ha considerado que se trata de un “atentado” contra el deporte federado.
Sin embargo, los que si se apuntan una victoria son los ecologistas que llevan años luchando por regular la situación y evitar la degradación medioambiental de la sierra madrileña.
Aunque la decisión del ejecutivo ya está tomada, continúan las reuniones para poder llegar al acuerdo que lleve el consenso a ambos bandos. De esta manera se podrá disfrutar del entorno sin que se resienta ecológicamente.