Nada más cruzar el umbral de la puerta de estas tiendas, creerás estar entrando en una casa de pueblo. Realmente son una serie de comercios modernos que recuperan el espíritu de los oficios artesanos.
Te invadirá una intensa sensación de nostalgia y melancolía. Sobre todo si, como tantas personas, tienes pueblo y lo echas de menos. Una vez dentro, consiguen traernos recuerdos de familia y anécdotas de otra época y, de paso, trasladarnos hasta un lugar común: la casa del pueblo.
Si eres de los que nunca tuvo pueblo, esta es una magnífica forma de acercarte a esa realidad rural que tanto nos cautiva. Y que tanto echamos de menos, sobre todo en esta época.
¡Comenzamos la ruta!
2Hijo de Epigmenio
Hijo de Epigemio ha encontrado la clave para hacer que sus utensilios más tradicionales y sus costumbres hogareñas casen a la perfección.
Es como un viejo almacén de piezas de cerámica o un comercio en el que tan pronto se despachaban mantas como tablas de madera para cortar el pan. Pero con una diferencia respecto a las tiendas de antes: su aspecto es muy de tendencia, con un espacio diáfano y grandes ventanales.
Selecciona de Níjar y Albox (Almería), cuencos y platos de cerámica pintada a mano con vivos colores y brochazos tan característicos.
Luego están las cazuelas y bandejas de barro de Pereruela, en Zamora, los manteles tradicionales del País Vasco, el vidrio soplado y los paños de cocina de Mallorca. De allí procede también la cosmética, las velas y los perfumes personales que una pareja realiza de manera totalmente artesanal.
La cualidad que une a todas estas piezas es que se trata de cosas muy prácticas y funcionales, porque no quería que fuera una tienda de decoración.
Se localiza en la calle de la Puebla 13, muy cerca de Gran Vía y Callao.