El Ayuntamiento de Arganda del Rey ha recuperado ocho grandes tinajas de barro con una antigüedad aproximada de entre 150 y 200 años, gracias a la donación de un particular, que han sido trasladadas y depositadas en el solar de la antigua cooperativa vinícola de la calle Silos.
El alcalde de la localidad, Guillermo Hita, acompañado por la concejala de Cultura, Montserrat Fernández, ha visitado el edificio para ver las tinajas recuperadas.
Dadas las grandes dimensiones de las tinajas, su antigüedad y la fragilidad de los materiales, el operativo para el traslado ha sido especialmente complejo y han tenido que adoptarse en todo momento estrictas medidas de seguridad.
Las ocho tinajas, con una capacidad de 300 y 500 arrobas (4.800 y 8.000 litros), formaban parte del cocedero de una bodega, una gran estancia cuadrada que albergaba el proceso de fermentación del mosto en vino, y que precedía a su trasiego a la cueva para su posterior comercialización.
Las tinajas fueron elaboradas por alfareros de Colmenar de Oreja, en un laborioso proceso de varias semanas en el cual dejaban su huella marcando sus iniciales en lo que denominaban el “rostro” o boca de la tinaja.
Otra marca característica son los “liñuelos”, las trazas que dejaba la cuerda de esparto que cada 20-25 centímetros rodeaba la tinaja para que la arcilla recién soldada no se agrietara.
El solar municipal donde se han depositado formaba parte de la casa de labor y bodega propiedad del Colegio de Santo Tomás de Madrid, originaria del siglo XVII. En las primeras décadas del siglo XX pasó a ser cooperativa vinícola, donde se elaboró vino hasta 1953, cuando su producción pasó a un nuevo edificio en la Avenida del Ejército.
La bodega era un edificio de grandes dimensiones que tenía dos entradas, una por el acceso actual de la calle Silos y otra por el callejón de Santo Tomás.