Carabanchel es uno de los barrios más antiguos de Madrid. Su historia se remonta a la época paleolítica. Sin embargo, vamos a viajar al siglo XIX para conocer qué se esconde tras la finca de Vista Alegre, emplazada en el mismo.
Antes de nada, no hay que confundir el ‘Palacio de Vista Alegre’ con el ‘Palacio Vistalegre’. Mientras el primero es un conjunto histórico dentro de la finca, el segundo es una antigua plaza de toros reconvertida en un edificio multiusos.
Aclarado esto, viajemos a la época en la que Carabanchel era el gran refugio de la nobleza española para conocer el gran capricho de la Reina María Cristina de Borbón: el Palacio de Vista Alegre.
Los Carabancheles, el gran refugio de la nobleza madrileña
Carabanchel hoy es uno de los barrios más castizos de la capital, pero mucho tiempo antes de adquirir esa solera tenía un carácter totalmente distinto a lo que hoy conocemos.
‘Los Carabancheles de Madrid’ tenían una ventaja frente a la capital. Esta zona de la región tiene el clima más fresco que el centro de la villa. Por este motivo, era el lugar favorito de la aristocracia para instalar sus residencias de verano.
Numerosos nobles y personajes notables de la época comenzaron a instalar en este lugar sus fincas de recreo. Estas eran conocidas como Quintas. Manuel Godoy, Goya, los marqueses de Montijo formaban parte de este exclusivo vecindario.
Sin embargo, a Los Carabancheles les faltaba un sencillo detalle: no tenían agua para abastecer estos lujosos palacios. Sería el Marqués de Salamanca el que llevaría este adelanto a este barrio.
La reina María Cristina de Borbón, la ideóloga del Palacio de Vista Alegre
La realeza también quiso formar parte de esta exclusiva urbanización. El 8 de marzo de 1832 la reina María Cristina de Borbón adquirió un terreno en los Carabancheles donde construiría su lujoso Palacio de Vista Alegre.
Con el tiempo, la famosa reina regente, iría comprando los terrenos aledaños para ir ampliando poco a poco la finca. Con un tamaño de 450.000 metros cuadrados, comenzó su gran capricho en lo que entonces eran las afueras de Madrid.
Si comparamos tamaños, el Palacio Vista Alegre es el cuarto más grande de Madrid. Por delante solo tiene la Casa de Campo, el Retiro y el Parque del Oeste.
Los vaivenes políticos hicieron que la reina tuviera que exiliarse. En aquel momento, les cedió la finca a sus hijas: la reina Isabel II y la Infanta Luisa Fernanda. Ante la imposibilidad de repartirlo, se lo acabaron vendiendo al marqués de Salamanca.
El Palacio Nuevo y el Palacio Viejo de Vista Alegre
La finca contiene varios edificios, pero hay dos que se hacen sombra. Estos son el Palacio Nuevo y el Palacio Viejo de Vista Alegre.
El Palacio Viejo fue idea de la reina. Este es el núcleo fundacional de Vista Alegre. Se construyó sobre la primitiva Casa de Baños del barrio, que era un establecimiento de recreo que seguía la moda de los populares balnearios de Londres o París.
En su interior tenía salas de baño, casino, salones… todo dedicado al disfrute de los madrileños que acudían allí a disfrutar de su tiempo libre bailando.
En el año 1886 los herederos del marqués de Salamanca le vendieron la finca al Estado. La única condición que le ponían es que tenía que ser obligadamente dedicaba a la beneficencia. Por este motivo, una remodelación cambió todo su interior.
Finalmente, aquí se instaló el Colegio de Huérfanas de Militares de la Unión. Tras la guerra, las habitaciones del Palacio de Vista Alegre se convirtieron en aulas. En la actualidad, es la sede del Centro Regional de Innovación y Formación Las Acacias.
El Palacio Nuevo es obra del Marqués de Salamanca, aunque también lo ordenó construir la reina. El edificio aprovecha los cimientos y muros de las naves de almacenes y calderas de una fábrica de jabón.
Sin embargo, cuando el marqués de Salamanca adquirió la finca de Vista Alegre, las obras estaban aún sin finalizar. Las estancias privadas y los salones están creadas para el lucimiento en las reuniones sociales que organizaba este aristócrata madrileño.
Los maravillosos jardines del Palacio de Vista Alegre
Uno de los platos fuertes de la finca de Vista Alegre son sus maravillosos jardines. Como ya hemos dicho, este terreno es el cuarto jardín en tamaño de la capital.
Estos jardines fueron diseñados por numerosos arquitectos y jardineros, por lo que no tienen una continuidad. El núcleo principal es un “jardín romántico” coronado por un lugar llamado “la plaza de las Estatuas”. Dentro de ella, diez esculturas de mármol de las que solo se conservan sus pedestales.
Vista Alegre también tiene en su interior un río artificial navegable de casi un kilómetro de longitud que parte de la plaza de las Estatuas y desemboca en un estanque con una isla.
Otro de sus tesoros es su parterre. De estilo neoclásico y trazados geométricos, en su interior albergaba famosas fiestas en las terrazas y el jardín de los palacios del marqués.
Los jardines del palacio Vista Alegre nunca han estado abiertos al público hasta hoy. A partir del pasado 1 de mayo cualquiera que quiera visitarlos puede pedir cita en el siguiente enlace y disfrutar de la belleza del aquellos Carabancheles que tan enamorados tenían a todos los nobles madrileños de la época.
