Cada 15 de mayo Madrid se viste de chulapo y sale a las calles a celebrar la fiesta dedicada a su patrón: San Isidro Labrador. Con más de 400 milagros, los madrileños veneran a su santo a los pies de la ermita dedicada en su honor.
Conoce la vida de este piadoso hombre de campo que, además de ser el patrón de Madrid, también representa a todos los que se dedican a labrar el campo. Recorramos sus milagros y bebamos de sus milagrosas aguas.
EL HIJO DE MOZÁRABES QUE SE CONVIRTIÓ EN SANTO
El origen de San Isidro es algo incierto. La verdad es que los estudiosos de su persona no se ponen de acuerdo en cuanto a las fechas ni los lugares donde se movía este campesino.
Isidro nació aproximadamente a principios del siglo XI en la calle Las Aguas, en el barrio de La Latina. De familia humilde, sus padres eran mozárabes que llegaron a Madrid como colonos a poblar las tierras reconquistadas a los árabes.
Desde muy pequeño tuvo que trabajar en el campo. También se dedicó a la pocería. En Torrelaguna conocería a la que sería su esposa y también santa, Santa María de la Cabeza, cuya festividad es el 9 de septiembre.
santa maría de la cabeza era la mujer de san isidro
El patrón de Madrid era un hombre piadoso, humilde y sencillo. La tradición cuenta que siempre dividía su pequeño sueldo de jornalero en tres partes. Una se la daba a la iglesia, otra a los pobres y, la última, para su familia.
LOS 400 MILAGROS DE SAN ISIDRO
Si por algo es famoso el patrón de Madrid es por la cantidad de milagros que realizó a lo largo de su vida, y hasta después de morir. Documentados de la época hay cinco, pero la tradición oral hizo que se convirtieran en más de 400.
La ‘olla de san isidro’, uno de sus milagros más famosos
Uno de los más famosos es el de la olla. La leyenda cuenta que este santo madrileño organizaba de vez en cuanto comidas para alimentar a los más necesitados. En cierta ocasión, no tenía suficiente comida para todos.
Milagrosamente, cada vez que San Isidro sacaba una cucharada de la olla, esta se volvía a llenar automáticamente. La famosa olla parecía no tener fin. Siguió sirviendo hasta que todo el mundo quedó sin hambre.
Otra de las leyendas que envuelven al santo es la que cuenta que en su trabajo diario en el campo contaba con una ayuda divina. Los madrileños contaban que dos ángeles ayudaban a San Isidro labrando la tierra con bueyes mientras que él rezaba.
LOS MILAGROS SIGUIERON HASTA DESPUÉS DE FALLECER
San Isidro no solo se dedicó a hacer milagros en vida, también después de fallecer seguía haciéndole favores a los madrileños. Este santo muere, aproximadamente, en 1130 y fue enterrado justo en la iglesia de San Andrés, en la La Latina.
43 años después sus restos fueron exhumados. Los que abrieron su sepulcro se llevaron una sorpresa. El cuerpo de San Isidro estaba completamente incorrupto, como si acabara de fallecer.
Uno de los impulsos que tuvo la canonización de este santo vino de la mano de los monarcas españoles. La familia real era una de las favoritas del Santo para concederle milagros.
El primero de ellos tiene que ver con la batalla de las Navas de Tolosa. Cuando Alfonso VIII regresó de la batalla victorioso, contó que en un sueño un pastor se le había aparecido para mostrarle un camino secreto para sorprender al enemigo.
Cuando a su vuelta visitó el cadáver de San Isidro, se dio cuenta de que el campesino había sido él. Al parecer el patrón de Madrid se le apareció y se guio hacia la victoria.
Las crónicas cuentan también que Felipe II se recuperó de una difícil enfermedad tras haber ingerido agua de la milagrosa fuente que abrió San Isidro en el lugar que hoy ocupa la ermita en su honor.
LOS MONARCAS ESPAÑOLES Y SU DEVOCIÓN POR SAN ISIDRO
Otro de los milagros más famosos relacionados con los grandes reyes de España fue el de Felipe III. “El Piadoso”, como era conocido en la época, estaba gravemente enfermo. Este pidió que le llevaran el cuerpo de San Isidro para intentar obrar el milagro.
el cuerpo de san isidro curó a felipe iii
El cuerpo del santo viajó desde la iglesia de San Andrés donde estaba enterrado hasta el antiguo Alcázar de Madrid. Al llegar, por obra del Santo, milagrosamente Felipe III se recuperó.
Para devolverle el favor, el monarca iniciaría todos los tramites para conseguir que San Isidro fuera canonizado. Finalmente, el Papa Pío XV sería el encargado de otorgarle el título de santo el 12 de marzo de 1622.
Los borbones seguirían encomendándose al santo. Carlos III ordenaría que el cuerpo del patrón de Madrid y de su mujer, Santa María de la Cabeza fueran trasladados a la Colegiata de la calle Toledo, donde allí descansan.
Este traslado se realizó el 15 de mayo, por este motivo, este día fue elegido para honrar al patrón de Madrid. Muchos fieles hacen vigilia frente a su freto para intentar que su cadáver incorrupto obre el milagro y les conceda aquello que con tanta fe le piden.
San Isidro este año se vuelve a celebrar a ‘medio gas’. Más que nunca, este santo tan castizo estará pendiente de devolverle la alegría y los claveles a esas calles de Madrid que tanto le siguen venerando.
