Testigo impasible de todo lo que pasa en la capital, con sus más de dos siglos, la Diosa Cibeles supervisa cada movimiento. El gran símbolo de Madrid sobrevive rodeada de coches y asfalto.
Lo que comenzó como un adorno de Carlos III, hoy ha sobrevivido a una Guerra, custodia el oro de Madrid y es la reina indiscutible de la alegría de la mitad de los futboleros de la capital. Repasa la historia de la mítica fuente de la Cibeles.
HIPÓMENES Y ATALANTA, LOS DOS LEONS DE LA CIBELES
Antes de conocer la historia de esta famosa fuente madrileña, vamos a hablar de mitología y de quién era Cibeles. Esta divinidad griega es la diosa de fertilidad, la tierra y la agricultura.
Si nos fijamos, en la fuente va subida en un carro tirado por dos leones que no se miran entre ellos. Estos dos animales tienen nombre: son Atalanta e Hipómenes.
La ninfa Atalanta era la más rápida cazadora del universo. Tan convencida estaba de que era la mejor, que propuso que se casaría con aquel que le ganase en una carrera, sabiendo que nadie lo conseguiría.
Hipómenes estaba fuertemente enamorado de Atalanta, pero sabía que no tenía posibilidades. Para ganar la carrera, acude a Afrodita. La diosa de amor le ayudaría para acabar ganando la prueba y conquistando a su querida ninfa.
LA HISTORIA DE AMOR DE HIPÓMENES Y ATALANTA ES LA QUE SE REPRESENTA EN LA FUENTE
Según Ovidio, la pareja se quería como nadie en el olimpo. Un día, decidieron hacer el amor en un templo dedicado a Cibeles. La diosa les pilló y se enfadó mucho.
Como castigo, Cibeles convertiría a Hipómenes y a Atalanta en dos leones. Además, les castigaría condenándolos a tirar de su carro eternamente. Esta escena es la que representa la fuente madrileña.
UNA FUENTE VIAJERA
Volviendo al monumento madrileño, esta fuente forma parte de la remodelación del paseo del Prado ideada por Carlos III. Para adornar este gran boulevard, ordenó construir varias fuentes, entre ellas, la de Cibeles.
El encargado de diseñar la fuente fue Ventura Rodríguez. Este monumento se instalaría en 1782 muy cerca del lugar que ocupa en la actualidad. La primera Cibeles estaba justo en el comienzo del paseo de Recoletos.
Para construirla fueron necesarios 10.000 kg de mármol traído desde Toledo. Tres fueron los artistas que esculpieron las distintas figuras que componen la Cibeles.
Sin embargo, esta fuente no estaba destinada a este lugar. En principio se iba a instalar en los jardines del Palacio de la Granja de San Idelfonso, en Segovia. Finalmente acabó en Madrid.
Justo cuando se instaló en la capital, un incendio asoló la zona. Aunque en 1782 ya estaba lista, la Cibeles no comenzó a funcionar hasta diez años después por este motivo.
CUANDO LOS MADRILEÑOS BEBÍAN DE LA CIBELES
Lo que hoy está rodeado por una de las rotondas más concurridas de Madrid, lo cierto es que, en el momento de su inauguración, la Cibeles cumplía su función original: abastecer de agua a los madrileños.
Para ello, se construyó a sus lados dos esculturas con unos caños de los que salía el agua. Una de ellas era una rana, de aquí podían tomar agua todos los madrileños.
Al otro lado, un dragón. De aquí debían coger el agua los 50 aguadores que tenían adjudicada esta fuente. Curiosamente, la mayoría de ellos eran gallegos y asturianos.
el agua de la cibeles era milagrosa y sanadora
El agua que llegaba a la Cibeles provenía de un antiguo manantial árabe. La costumbre popular decía que era milagrosa y capaz de sanar muchas enfermedades.
En 1895, la fuente se traslada al centro de la plaza, donde hoy se encuentra. En aquel tiempo, la mayoría de los madrileños ya contaban con agua en casa y no era necesario tener que ir a las fuentes a por ellas.
Por este motivo, la rana y el dragón desaparecieron de la Cibeles. Sin embargo, estas dos míticas esculturas se pueden visitar en el Museo de los Orígenes de Madrid, donde allí se conservan.
Además, el agua de la Cibeles tiene otra función. La leyenda cuenta que la cámara del Banco de España está conectada a ella. En caso de robo, el agua se desvía e inunda todo para evitar robos.
LO QUE SALVÓ A LA CIBELES DE LAS BOMBAS
La Cibeles lleva en una de sus manos las llaves de Madrid. En la otra, un cetro. También hay una rana y una culebra que pasa muy desapercibida.
Durante la Guerra Civil, la fuente comenzó a sufrir las consecuencias de las bombas. Para protegerla, el Gobierno de la República decidió recubrirla con sacos de tierra.
Este apaño de emergencia consiguió que la Cibeles se salvara de la destrucción. Aun así, tanto su cara, sus brazos o los leones sufrieron desperfectos.
Curiosamente, en 1994 y en 2002 sufrió dos mutilaciones. La mano izquierda de la Cibeles desapareció en estas dos ocasiones. Una de ellas es encontró, la otra nunca apareció y tuvo que ser sustituida.
EL LUGAR DE CELEBRACIÓN DE DOS AFICIONES RIVALES
La fuente de la Cibeles es en la actualidad el lugar en el que el Real Madrid celebra sus victorias. ¿Te imaginas ver a esta diosa con una bufanda colchonera? Pues tampoco es tan raro.
Hace unas décadas, las celebraciones futboleras no eran tan eufóricas como lo son ahora. Entonces, solo unos pocos aficionados salían a las calles a vitorear a su equipo. Era más bien una fiesta privada.
Sin embargo, la Cibeles servía para celebrar los triunfos de los dos grandes equipos de la ciudad: el Real Madrid y el Atleti. De hecho, en 1962 festejó allí la Recopa que ganó.
Con las victorias consecutivas del Real Madrid, la fuente se fue tiñendo de blanco. El colmo fue en una final de Copa del Rey que enfrentó a ambos equipos y acabó con la victoria vikinga.
Al ganar el Madrid, el Atleti decidió que jamás volvería a celebrar aquí un título más. Finalmente, se trasladaron a pocos metros de allí, al vecino Neptuno.
REPLICAS POR TODO EL MUNDO
La Cibeles madrileña es única, pero lo cierto es que le han surgido varias imitaciones a lo largo de todo el mundo.
En la Avenida de Oaxaca de México hay una réplica donada por la comunidad madrileña que vive en esta capital latinoamericana. El alcalde Tierno Galván la inauguró en persona.
En una zona residencial de Pekín, los vecinos también decidieron instalar una réplica de la fuente madrileña.
Por último, quizás la más conocida por todos los madrileños es la conocida como ‘Cibelina’ de Getafe. Aunque no es exactamente igual, lo cierto es que al igual que la Cibeles, esta también es la reina de las celebraciones futboleras de este municipio madrileño.
Con más de dos siglos, la Cibeles contempla serena desde su carro como bajo sus pies transcurre la historia de Madrid. Ahora que conoces su historia, no volverás a mirar con los mismos ojos a la Diosa blanca de la capital.