En numerosas ocasiones hemos pasado por la puerta de este gran gigante administrativo sin saber que guarda un gran secreto. Los Nuevos Ministerios de Madrid esconden un gran símbolo que solo se puede ver a vista de pájaro.
Diseñados durante la II República e inaugurados en pleno franquismo, la historia de Nuevos Ministerios va de la mano del gran crecimiento de la capital. Descubre el secreto que esconde y repasa sus casi 80 años de vida.
LA CASTELLANA ANTES DE LOS NUEVOS MINISTERIOS
La historia de Madrid es la historia de una serie de ensanches que empezaron con la demolición de la antigua muralla árabe y que siguen hasta nuestros días.
La década de los 20 del pasado siglo XX supuso una auténtica revolución para la capital. Por primera vez en su historia, Madrid superaba el millón de habitantes. Este gran crecimiento implicaba, por tanto, un problema con el espacio.
madrid superó el millón de habitantes en los años 20 del siglo xx
Con la llegada de la II República, el Gobierno de España empieza a plantearse posibles soluciones para superar este escollo. La principal fue la de expandir Madrid hacia el norte de la ciudad.
Por aquel entonces, la parte norte de la capital estaba prácticamente desierta. El Paseo de la Castellana solo llegaba hasta la actual plaza de San Juan de Dios.
Más allá de esto, solo se encontraba el hipódromo. Si andabas poco más todo eran campos de cultivo y grandes descampados. Nada tiene que ver con el enorme complejo de edificios y oficinas que ofrece este famoso paseo madrileño.
UNA CAPITAL QUE NO PARA DE CRECER
El ministro Indalecio Prieto sería el encargado de desarrollar un proyecto de tal envergadura. Madrid necesitaba crecer como fuera y para ello, lo haría hacia el norte.
Uno de los grandes problemas con los que enseguida se topó fue con el Hipódromo de la Castellana. Este se encontraba justo en medio y no permitía proseguir con tal ensanche. La única solución que se encontró fue demolerlo y construir otro en las afueras de la capital.
Indalecio Prieto pensó que sería buena idea construir un complejo administrativo donde trasladar varios ministerios. Entre los que se iban a mudar se encontraba el de Gobernación y el de Obras Públicas.
En 1933 se empieza a diseñar tal proyecto y, con él nacería lo que hoy conocemos como Nuevos Ministerios de Madrid.
EL FAMOSO ‘TÚNEL DE LA RISA’
A los Nuevos Ministerios les acompañaba la creación de una nueva línea ferroviaria que uniera la estación de Atocha con una nueva estación en el norte. Esta nueva estación sería Chamartín, sin embargo, la Guerra Civil paralizó su construcción, siendo inaugurada ya a finales de la década de los 60.
Lo que si se construyó fue el túnel que uniría ambas. Popularmente, sería conocido como “el túnel de la risa”. Al parecer, quien bautizó así a esta conexión fueron los periódicos contrarios a la república.
En los años 20 había una atracción de feria muy popular en Madrid. Eran los tubos de la risa. Estos era un largo pasillo circular por cuyo interior circulaba un vagón que giraba sobre su eje. La forma de la línea Atocha-Chamartín era muy parecida.
Para reírse del gobierno, desde la prensa lo empezaron a llamar de esta manera tan curiosa y así sería conocido durante años. Este túnel trascurre por todo el paseo del Prado, Recoletos y Castellana.
EL PADRE DE LOS NUEVOS MINISTERIOS
Indalecio Prieto decidió encomendar el diseño de los Nuevos Ministerios al arquitecto Secundino Zuazo Ugalde. Este ya era famoso en Madrid por otras construcciones como el Palacio de la Música o la Casa de las Flores.
Zuazo se inspiró en el diseño que muchos siglos antes había plasmado Juan de Villanueva en el Escorial. Sin embargo, le imprimiría una firma suya que no muchos conocen.
Secundino, además de arquitecto, también era un fuerte defensor de la ideología comunista. Tanta era su pasión que llegó a fundar en España la Asociación de Amigos de la Unión Soviética.
Curiosamente, Zuazo diseñó los Nuevos Ministerios de tal manera que, vistos desde el aire, podemos ver una hoz y un martillo unidos por su base.
Con sus 93.000 metros cuadrados, se puede afirmar que Nuevos Ministerios es una de las construcciones en homenaje al comunismo más grandes de todo el mundo y todo ello pasando totalmente desapercibida.
EL SECRETO QUE GUARDAN DESDE EL AIRE
Aunque la primera piedra de Nuevos Ministerios se pusiera el 15 de abril de 1933, la llegada de la Guerra Civil lo paralizaría todo. Sin embargo, estos edificios tuvieron la suerte de que no sufrieron grandes desperfectos y, una vez superada la contienda, se prosiguió su construcción.
Zuazo tuvo que exiliarse a Francia y abandonar el proyecto. Parte de su diseño original se perdió. La fachada iba a ser de ladrillo rosa y se cambió por mármol. También desapareció un gran rascacielos que había proyectado.
Nuevos Ministerios se inauguró por fin en 1942. Es muy curioso que durante su construcción en plena etapa dura de la dictadura franquista, nadie se diera cuenta de la hoz y el martillo que estaban imprimiendo sobre Madrid.
Un gran patio preside la estancia y, alrededor del mismo, los ministerios se alza como en una plaza dedicada a la burocracia pública. Su famosa arquería se recuperó en 1983 para convertirla en un centro de exposiciones de arquitectura.
LA ACTUALIDAD DE LOS NUEVOS MINISTERIOS
En la actualidad, Nuevos Ministerios sigue cumpliendo la función original para la que fue diseñada. Hoy en día cuenta con la sede de tres ministerios como son el de transición ecológica, fomento y trabajo y Migraciones y Seguridad Social.
Bajo el gran patio se excavó un enorme intercambiador que combina metro, buses y tren. Además de ello, la estación de metro de Nuevos Ministerios es hoy la tercera en transito de viajeros, solo por detrás de Sol y Avenida de América.
Con casi 80 años de historia, pocos habrá reparado en el secreto que esconde este monumental complejo. Lo que antes era un hipódromo, hoy es el punto de encuentro de miles de madrileños. Todos ellos nietos y bisnietos de aquellos que conocieron la Castellana cuando todo aquello era campo.
