En 1993 partió de la Estación del Norte el que sería su último tren. El destino de este era Galicia. Reconvertida en Centro Comercial y teatro, la historia de la que fue una de las estaciones más importantes de Madrid hoy es desconocida para muchos.
Lo que hoy es el intercambiador de Príncipe Pío, en su tiempo fue tan importante, que hasta los enviados de Hitler pasaron por sus andenes. Conoce todos los secretos de esta emblemática estación madrileña.
EL NECESARIO TREN MADRILEÑO
La Estación del Norte estuvo operativa en Madrid desde el año 1882 hasta 1993. Sin embargo, antes de su construcción, este lugar ya se dedicaba al transporte de mercancías.
Una empresa privada decidió construir aquí una línea de tren que uniera Madrid con Irún. El objetivo de esta conexión era la llegada a la capital de carbón de capital. Este combustible era muy necesario para la transformación que estaba sufriendo Madrid a finales del siglo XIX.
Estos trenes procedentes del norte también venían cargados de una mercancía aún más valiosa. No era otro que el pescado fresco proveniente del norte de España.
Esta línea privada creció tanto que enseguida se convirtió en la espina dorsal de las comunicaciones ferroviarias del norte de España. Sin embargo tenía una peculiaridad.
Que llegara el tren a esta parte de Madrid era una tarea muy complicada. La bajada al río manzanares era bastante complicada. Por ello, tuvieron que diseñar una gran curva a la altura de Aravaca y Pozuelo que aún hoy se conserva.
ASÍ ERA LA ANTIGUA ESTACIÓN DEL NORTE
Esta estación provisional creció tanto que se empezó a plantear construir una definitiva. Finalmente, en 1856, unos ingenieros franceses se hicieron cargo de tal obra civil.
Estos ingenieros galos no solo dejaron huella en Madrid gracias a la Estación del Norte. El cercano Puente de los Franceses le debe su nombre a ellos. La cultura popular se encargó de hacerles protagonistas de la historia de España.
La Estación del Norte se construye a los pies de la Montaña de Príncipe Pío. El desnivel del lugar y la estrechez del sitio hizo que fuera imposible su ampliación.
Al no poder agrandarla y no dejar de crecer el tráfico de este lugar, en Madrid se construyó la estación de Imperial para liberar a esta de trenes y mercancías.
La Estación de Norte se diseñó con dos edificios. Uno de ellos estaría destinado a las llegadas, el otro a las salidas. Ambos estarían unidos por una gran marquesina que albergaría los andenes.
El primero de ellos se inauguraría en 1882. Este es el que se encuentra en el Paseo de la Florida. El otro, en la Cuesta de San Vicente, no estaría listo hasta 1928.
En 1925 se diseñó un ramal de metro que unía la Estación del Norte con la céntrica Estación de Isabel II, actual Ópera. Esto la uniría con la metrópolis y la afianzaría como una de las más importantes de Madrid.
La Estación del Norte traspasaría las fronteras de la capital. Esta obra de ingeniería civil se convertiría en ejemplo de otras estaciones como la de San Sebastián, Valladolid, Medina del Campo o Burgos.
LA PUERTA DE LOS NAZIS EN ESPAÑA
Una estación tan antigua es imposible que no haya sido testigo de los acontecimientos históricos más importantes de la historia de Madrid, e incluso de España.
La Guerra Civil dejaría a la Estación del Norte en muy malas condiciones. La cercanía al frente de batalla la convertiría en el blanco perfecto de los bombardeos que caían sobre la capital.
Una vez superada la contienda, en 1941 esta estación madrileña viviría uno de los acontecimientos más importantes de la historia de España.
En plena postguerra, la Estación del Norte recibió la llegada de Hinrich Himmler. Este general nazi era una de las manos derechas del propio Hitler.
El acto se convirtió en un momento perfecto para desplegar toda la propaganda del régimen de Franco. Para la ocasión, la estación se engalanó con tapices y banderas de España.
Pocos años después, la Estación del Norte sería protagonista de otro gran acontecimiento. Desde los trenes de este importante edificio se despedirían los voluntarios de la División Azul rumbo a combatir al comunismo ruso en la II Guerra Mundial.
EL DECLIVE DE LA ESTACIÓN DEL NORTE
Los años 60 se convirtieron en el tercio de muerte de la Estación del Norte. La creación de nuevas líneas en Madrid hicieron que poco a poco fuera perdiendo importancia.
Además de ello, la inauguración de la nueva estación de Chamartín en 1967 fue la puntilla para acabar con lo que fue una de las estaciones más importantes de Madrid.
Alrededor de ella, en el barrio, había crecido un gran ecosistema orientado a dar la bienvenida a los viajeros que venían del norte de España. Numerosas pensiones poblaban las inmediaciones del paseo de la Florida y la Cuesta de San Vicente.
En 1979 se intentó darle un último empujón a la vida de la Estación del Norte. Aquí se instalaron las líneas de viajeros que iban a Galicia, Asturias y Cantabria. Sin embargo, Chamartín acabaría acaparando estos trayectos.
LA LLEGADA DEL CENTRO COMERCIAL PRÍNCIPE PÍO
En 1993 y con un ambicioso proyecto entre las manos, el Ayuntamiento de Madrid cerraría la Estación del Norte a la espera de darle una segunda oportunidad.
Un gran intercambiador de transportes nacería en la ciudad justo en este mismo lugar. Metro, buses interurbanos y cercanías se dan cita a diario en lo que hoy es la Estación de Príncipe Pío.
En la gran esplanada que ocupaban las vías primigenias, en el año 2004 se abriría un gran centro comercial. Este conserva toda la estructura de hierro primigenia, echa con un materia de los herederos de la misma torre Eiffel de París.
UNA ESTACIÓN CONVERTIDA EN TEATRO
A pesar de esta reconversión, había algo pendiente. La Estación del Norte estaba compuesta por dos edificios. Uno ya estaba reconvertido en Centro comercial, el otro quedaba a la espera de ser rescatado.
El edificio blanco de la Cuesta de San Vicente albergó en su tiempo un gran vestíbulo de viajeros construido en madera. Este gran espacio estuvo abandonado durante 27 largos años.
El actor Antonio Banderas se empeñó en recuperar este lugar y convertirlo en teatro. Por desgracia, el malagueño no pudo cumplir su sueño. Fueron otros los que, en 2020 devolvieron a la vida al viejo vestíbulo de la Estación del Norte.
El nuevo Teatro Príncipe Pio abriría justo el pasado año sus puertas. Sus lámparas y la estructura interior es la original. Este nuevo centro dramático tiene el mismo poder que tenían aquellos trenes de la Estación del Norte.
Solo queda cambiar los asientos por butacas, porque la sensación de viajar sin ni siquiera moverte de allí, seguro que está asegurada.