Si hay algo que caracteriza a Madrid es su diversidad y sus posibilidades, sobre todo a la hora de comprar, y aunque a la cultura de los objetos de segunda mano o “vintage” lleva instaurada entre los madrileños ya algunos años, la concienciación ecológica social es cada vez mayor. Esto sumado al fenómeno de las redes sociales solo puede ser sinónimo de éxito.
Si no, que se lo digan a Cristina, licenciada en derecho y a la que su pasión por la moda la empujó a dejarlo todo por amor. El amor a las prendas vintage que le gustaba desde niña rescatar en los mercadillos. Cansada de comprar ropa y encontrar a todo el mundo vestido igual, se decantó por la ropa vintage para ella y, para liberarse de cosas, decidió organizar sus propios mercadillos. “Funcionaron muy bien y este tipo de prendas se vendían enseguida”, nos relata. Con ello y sumado al poder de las redes sociales lo tuvo claro.
“LAS PRENDAS VINTAGE SE VENDÍAN ENSEGUIDA, Y VIENDO EL PODER DE LAS REDES LO TUVE CLARO”
La creadora de @desupadreydesumadre lleva ya tres años dedicándose a ello profesionalmente, al 100%, y cosecha ya 22,7 mil seguidores. Pero la verdadera cifra de su éxito no son los “followers” que tiene, sino la velocidad en la que se agotan las piezas que personalmente selecciona con la máxima dedicación y mimo para sus clientas. A través de imágenes muy naturales, donde ella misma luce las prendas sin desvelar su rostro, sus más de 900 publicaciones cuelgan el cartel de vendido.
Sobre su historia en Instagram, asegura a este medio que desde el minuto uno empezó a funcionar, “eran chicas de Madrid las que empezaron a comprarme prendas y he ido creciendo gracias al boca a boca. Sus prendas han aparecido en alguna publicación de moda, y han llegado desde el Parlamento, pues algún político -del que no nos desvela el nombre- ha llegado a lucir alguna de sus corbatas hasta Nueva York, donde Juliana Salazar, del equipo de Leandra Medine, lució una de sus prendas en un desfile y la fotografiaron para la edición americana de Vogue. Tengo gente de todo tipo y para mi, todos son importantes”, pero a ella, lo que más le importa es que sus clientes “se lleven un buen producto, tengan una buena experiencia y se vuelvan a enamorar de las compras.
DESDE NUEVA YORK HASTA MADRID
Otra opción sostenible y sin necesidad de comprar llega desde Nueva York a las redes de los madrileños, y es el fenómeno “stooping” o comúnmente dicho, darle una segunda vida a los muebles de la basura. Carla y Elena creadoras de la cuenta @StoopingMad nos cuentan como empezó todo.
Hace un año vieron la cuenta @Stoopingnyc y Carla lo define como “amor a primera vista”. Y es que estas dos amigas madrileñas siempre han encontrado cosas “super chulas” en la calle a las que les han dado después un buen uso. “Dijimos, vamos a buscar esta cuenta en España, simplemente para estar dentro del radar y poder seguir las cosas tan chulas que la gente ve por la calle”, nos relata Carla detrás del teléfono.
Pero la sorpresa fue que no encontraron ninguna de Madrid. El fenómeno no había llegado aún a la capital y no podían creerlo. “Vimos una de Barcelona, que funcionaba muy bien y con verdaderos tesoros, pero nosotras vivíamos aquí”, entonces estas dos jóvenes no se lo pensaron dos veces y crearon, por fin, la cuenta madrileña.
Esto fue en enero de este año, y ya cosechan más de mil seguidores que pueden encontrar entre sus publicaciones todo lo necesario para renovar los muebles de tu casa. Sillones, cuadros, banquetas, sillas… Y junto a las instantáneas la dirección exacta donde pueden ir a recogerlo y llevárselo de forma totalmente gratuita. Siempre y cuando no se te hayan adelantado.
Al principio fueron sus amigos los que les ayudaron a dar visibilidad a la cuenta y el contenido lo generaban ellas. “Quedábamos los jueves por la noche y nos recorríamos las calles de Madrid para buscar tesoros”, nos cuenta entre risas una de las creadoras. Hasta que comenzaron a tener el feedback de la gente y les enviaban lo que iban encontrando en la calle. Pero el verdadero “boom” para ellas fue cuando a raíz de la cuenta madrileña, el fenómeno “stooping” se extendió por más comunidades, Valencia, Sevilla, Bilbao, Coruña…
“Quedábamos los jueves por la noche y nos recorríamos las calles de Madrid para buscar tesoros”
“Vamos poco a poco, todavía no nos conoce suficiente gente, pero nuestro objetivo es que la gente vea que hay muchas cosas que pueden tener una segunda vida“, apunta Carla. Es por esto, que anima a todos a “don’t be stoopid” y que cuando vayamos paseando por las calles de nuestra maravillosa ciudad nos pongamos en contacto con ellas cuando encontremos alguno de estos tesoros. Ellas se encargarán de difundirlo y que esos objetos pasen a una mejor vida y a más de uno ahorrarse una buena cantidad de dinero.