La pandemia hizo que la alegrÃa desapareciera de las calles de Madrid. Poco a poco la normalidad vuelve a nuestra vida y, con ella, las verbenas de verano llegan a la Villa y Corte de la mano de San Cayetano.
Descubre la historia de este santo italiano y la gran devoción que nació en el castizo barrio de Lavapiés a finales del siglo XIX.
CAYETANO DE THIENE, PATRÓN DE LOS DESEMPLEADOS
Cayetano de Thiene nació en Vicenzia, Italia, a finales del siglo XV. Hijo del Conde de Gasparo, su buena posición social le permitió llegar a la universidad y doctorarse en Derecho Civil y Canónico.
Con tan solo 25 años ya trabajaba directamente para el papa Julio II. Durante su trayectoria profesional y eclesiástica se dedicó a luchar contra el protestantismo y la Reforma Luterana.
Para combatir las tesis de Lutero y ayudar a los más pobres, Cayetano fundó su propia orden religiosa. Esta serÃa conocida como los Teatinos. También fundarÃa un hospital para enfermos incurables en Venecia.
Este santo de la Iglesia Católica creó para ayudar a los más pobres y luchar contra los usureros el llamado Monte di Pietá. Esta organización benéfica se convertirÃa con el tiempo en el Banco de Nápoles.
patrón de los gestores administrativos y de los desempleados
Por todas sus obras, San Cayetano es reconocido por ser el patrón de los gestores administrativos y las personas que buscan trabajo. También es patrón del pan.
Este santo murió el 7 de agosto de 1547 en Nápoles. Por este motivo, este fue el dÃa elegido para celebrar su festividad en todo el mundo.
LA DEVOCIÓN MADRILEÑA POR EL SANTO
La devoción madrileña por San Cayetano viene de la mano de la iglesia dedicada en su honor. Este santo comparte hogar con San Millán en el número 15 de la calle Embajadores.
Antes de convertirse en iglesia, este templo era el Convento de Nuestra Señora del Favor que desapareció. Tras él, se instalarÃa aquà un Oratorio dedicado a San Marcos.
El Padre Plácido serÃa el encargado de instalar aquà la Casa de los Teatinos, orden fundada por San Cayetano. Sin embargo, en el año 1822 se trasladarÃan a Zaragoza, quedando la iglesia totalmente abandonada.
La desamortización de Mendizábal hizo que las viviendas de la calle del Oso, que antes pertenecÃan al templo, pasaran a manos públicas.
Finalmente, en 1869 se trasladarÃa aquà a San Millán, procedente de otra iglesia demolida que se encontraba en la plaza de la Cebada. NacÃa entonces la que hoy conocemos como Iglesia de San Cayetano y San Millán.
EL INCENDIO QUE CASI ACABA CON LA IGLESIA DE SAN CAYETANO
La Iglesia de San Cayetano y San Millán era una de las favoritas del rey Alfonso XIII. A ella acudÃa cada viernes sin faltar acompañado de su esposa.
En 1936 un hecho terrible casi acaba con la Iglesia de San Cayetano y San Millán. El 19 de julio, un incendio hizo que todo su interior se perdiera para siempre.
El fuego fue producido por un grupo de extrema izquierda. Estos radicales lanzaron al interior del templo varias latas con gasolina que acabaron con todo el patrimonio que en su interior custodiaba.
Tras las llamas, solo se salvó la fachada. El altar mayor ardió y no se pudo recuperar nada de su interior. Hasta los años 60 no se empezó a restaurar el templo.
La Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James, fue una de las que lideró esta recuperación del hogar de San Cayetano. El altar nuevo se inspirarÃa en las obras del Museo del Prado.
En su interior también se puede visitar la tumba de Pedro de Ribera. Este arquitecto fue uno de los que mayor huella dejó en la capital. Entre otras obras, fue el diseñador del templo original antes del incendio.
LA VERBENA DE SAN CAYETANO
Agosto es el mes de las verbenas madrileñas por excelencia. La de San Cayetano es la primera de la trilogÃa que se celebra en el centro de la capital. San Lorenzo y la Virgen de La Paloma son las otras dos.
La calle Embajadores es el eje central de las fiestas de San Cayetano. Esta arteria del barrio de Lavapiés se convierte en la columna vertebral de esta celebración.
La primera verbena de San Cayetano se celebró a finales del siglo XIX y duraba tres dÃas. En estos dÃas, el santo sale en procesión por las calles del barrio.
El dÃa 7 de agosto, la costumbre es acercarse a la Iglesia de San Cayetano y San Millán a besarle el pie derecho al santo. Durante la procesión, también es tradición coger una flor del trono pues según dicen, tendrás suerte durante todo el año.
Los madrileños se engalanan con sus trajes tÃpicos, sobre todo los conocidos como ‘Manolos’. Con este nombre tan curioso son llamados los vecinos de Lavapiés.
LAS VECINAS DE LA CALLE DEL OSO
Las vecinas y vecinos de la calle del Oso juegan un papel protagonista en la celebración de las fiestas de San Cayetano. Es aquà donde se encuentra el templo que actúa de epicentro de esta castiza verbena.
Cada año, como es tradición, los vecinos se encargan de engalanar esta pequeña calle del barrio de Lavapiés. Para ello utilizan mantones de manila y flores de papel.
La calle del Oso queda espectacular gracias a sus vecinas. Sus llamativos colores la convierten en una de las más visitadas y fotografiadas de la capital durante estos dÃas.
Además de ello, también se encargan de repartir la tradicional limonada de San Cayetano. Esta, además de limones, está aderezada con vino, canela y azúcar. Este manjar solo se puede degustar durante las verbenas de verano.
LAS VERBENAS EN PANDEMIA
Madrid recupera poco a poco la normalidad tras este largo año de pandemia. Sin embargo, las restricciones siguen siendo necesarias para no dar pasos en falso y ganar la batalla al virus.
El escenario de las fiestas de San Cayetano estará en la plaza Vara del Rey. Aquà se llevarán a cabo las actuaciones musicales que este año serán con aforo limitado a poco más de 200 personas. Estas estarán sentadas y separadas 1.5 metros. También habrá controles de aforo en los lugares de acceso y salida del recinto.
Si quieres conocer la programación completa de estas fiestas “diferentes”, podrás hacerlo en el siguiente enlace. La tradicional procesión se ha suspendido para evitar aglomeraciones.
Aún con precaución, las verbenas vuelven a las calles de Madrid de la mano de San Cayetano. Saca tu clavel y disfruta del verano más castizo en la capital.