Muchos de los que estáis leyendo estas líneas no conocéis qué había en el mítico número 35 de la Gran Vía. De hecho, puede que algunos solo lo hayáis conocido con un gran edificio siempre cerrado en cuya fachada se pintan murales y a sus pies se sitúan artistas callejeros. Sin embargo, el Palacio de la Música fue un día mucho más que eso.
Lo que hoy es un gran edificio abandonado en medio de la Gran Vía, en su tiempo era uno de los cines y salas de conciertos más famosos de toda la capital. Aquí se estrenaron cintas tan importantes como ‘La Cenicienta’ o ‘Lo que el Viento se llevó’. Descubre su historia y viaja al tiempo en el que la Gran Vía no tenía nada que envidiarle a Broadway.
EL TEATRO QUE NACIÓ CON ACCIDENTE INCLUIDO
El Palacio de la Música de Madrid nace de la mano de la Gran Vía. Este se construyó al mismo tiempo que el segundo tramo de esta emblemática avenida madrileña. Su objetivo era convertirse en una sala de conciertos de referencia.
Corría por entonces el año 1924 cuando el arquitecto Secundino Zuazo diseñó este monumental auditorio. Tardó dos años en estar terminado. Sin embargo, en el transcurso de la obra sufrió algún que otro percance.
En el año 1925, en plena construcción, el 4 de diciembre ocurre un fatídico accidente. El techo que cubría el auditorio y el patio de butacas se desploma. Por suerte, nadie fallece. Pero, este accidente hizo que el diseño se tuviera que modificar.
ASÍ ES EL ABANDONADO PALACIO DE LA MÚSICA
Para diseñar el Palacio de la Música, Secundino Zuazo se inspira en el Hospital de la Caridad de Sevilla. A este nuevo edificio de la recién estrenada Gran Vía no le faltaba ningún tipo de detalles.
Las localidades eran rojas, tapizadas en terciopelo. A un lateral del escenario había un gran órgano que desparecería en el año 1932 tras un gran incendio. Tras este, se situaba un amplio foso donde se colocaba la orquesta.
El Palacio de la Música, como su propio nombre indica, originalmente se diseñó para convertirse en sala de conciertos. Sin embargo, como tal solo se utilizo un par de años. En 1928, sus más de 1.000 m2 s se convirtieron en cine.
UNO DE LOS CINES MÁS IMPORTANTES DE LA CAPITAL
En los años 20 y 30, la Gran Vía se podía equiparar a Broadway. Esta avenida estaba repleta de cines, teatros y cafés. Había más de treinta. Aquí acudían todos los madrileños a disfrutar de la cultura.
Tan importante fue que no se puede entender la historia del cine en España sin esta calle. En estos locales se proyectaron por primera vez en España parte de las películas más importantes del séptimo arte.
En el Palacio de la Música los madrileños tuvieron la oportunidad de disfrutar de películas tan importantes como ‘Lo que el Viento se Llevó’. En total había espacio para 1.782 espectadores. La primera película que aquí se proyectó fue ‘The American Venus’, de Frank Turttle. Esta se acompañaba con la música en directo de la orquesta, pues así se animaban las películas mudas.
Fue en 1929 cuando el Palacio de la Música se coronó como una de las salas pioneras en la implantación del cine sonoro en España. Durante muchos años fue una de los cines más populares de la capital.
LOS MÍTICOS CARTELES DEL PALACIO DE LA MÚSICA
Lo más recordado por todos los madrileños seguro que es la imponente fachada del Palacio de la Música. Aquí era el lugar donde se colocaban los carteles de las películas, deslumbrando a todos los que paseaban por las aceras de la Gran Vía.
Grandes nombres de los artistas más importantes del momento brillaron en grandes letras sobre este edificio. Cualquiera se quedaba embobado contemplando estos grandes anuncios. La gran mayoría de ellos eran diseñados por Enrique Herreros.
Pero sin duda alguna, una de las escenas más recordadas y que Catalá Roca inmortalizó con su cámara fue la del estreno de La Cenicienta. En 1932, en la puerta del Palacio de Música se instaló una gran escalera de la que bajaba esta princesa de Disney.
NI LA GUERRA CIVIL PUDO PARARLO
Durante la Guerra Civil, el Palacio de la Música pasó a ser gestionado por la Unión General de Trabajadores (UGT). Aunque su actividad bajó, lo cierto es que jamás se paró de realizar espectáculos en su interior.
La mayoría de lo que se proyectaba entonces era cine propagandístico. Entre los nombres, un documental sobre el bombardeo de Guernica u otro en conmemoración del XX aniversario de la URSS.
Los madrileños acudían a los cines para olvidarse de la tragedia. Entrar allí era olvidarse durante unas horas de lo que estaba pasando fuera. Mientras vivían las historias de las películas, dejaban atrás los obuses que no dejaban de caer en las calles de la capital.
Una vez superada la guerra, la normalidad vuelve al Palacio de la Música y, con ella, el cine. Pero lo más importante fue que en el año 40, su sótano se convirtió en una importante sala de fiestas bajo el nombre de ‘Itálica’.
DE UNO DE LOS CINES MÁS IMPORTANETS, AL ABANDONO COMPLETO
Lo que parecía que iba a ser eterno, al final acabó en el abandono. Tras ochenta años ininterrumpidos, el Palacio de la Música cerraba sus puertas a la espera de ser rescatado.
En aquel entonces, la Fundación Cajamadrid era la encargada de gestionar este espacio cultural. Esta se convirtió en Bankia y sus problemas internos afectaron a este emblemático cine madrileño.
Al final acabó en desgracia y el 30 de mayo del 2008 se programó el cierre definitivo del Palacio de la Música tras 82 años de existencia. A partir de aquí, un montón de tiras y aflojas en los que se postulaba, entre otras opciones, que una famosa cadena de tiendas de ropa iba a adquirir el edificio, como ya había pasado con el vecino cine Avenida.
Por un momento, imagínate en la puerta del Palacio de la Música aún cerrado. Desde fuera no se admira, pero solo piensa que detrás de su fachada se encuentra un lujoso cine abandonado que lleva más de 12 años cerrado y espera ser rescatado.
EL AYUNTAMIENTO DE MADRID, AL RESCATE DEL PALACIO DE LA MÚSICA
Muchos habían tirado ya toalla. Madrid ya se esperaba que este lugar se acabaría convirtiendo en otra tienda de ropa, quitándole aún más personalidad a su monumental Gran Vía.
Sin embargo, en el momento en el que todo parecía perdido, apareció el Ayuntamiento de Madrid al rescate. Tras más de una década abandonado, el consistorio madrileño aprobó la licencia de rehabilitación que solicitó la Fundación Montemadrid, heredera de aquella ya extinta Caja Madrid.
Gracias a que el edificio cuenta con una protección especial, estas obras respetarán sus elementos más originales. Se estima que estas obras puedan tardar un par de años en devolverle todo el esplendor de sus grandes años al Palacio de la Música.
La mayoría de él, se seguirá dedicando a la cultura. Sin embargo, además del auditorio, este contará con una zona dedicaba a la restauración y el recreo de los madrileños. Por fin este emblemático lugar se volverá a llenar con gente.
Las butacas del Palacio de la Música volverán a abrirse. La taquilla venderá entradas de nuevo. Los amantes del cine volverán a emocionarse con las grandes historias de la gran pantalla. Pero, sobre todo, la Gran Vía recupera uno de esos grandes símbolos que en su tiempo la convirtieron en el epicentro cultural de todo un país.
