Hoy en dรญa, no nos entra en la cabeza que pueda existir una casa sin lavadora. Pero lo cierto es que solo tienes que preguntar a tus abuelos para que te cuenten cรณmo era aquel pasado no tan lejano en el que la ropa se lavaba a mano.
Si viajamos aรบn mรกs en el tiempo, conoceremos a una de las figuras mรกs importantes del Madrid popular de los รบltimos siglos. Estas eran las lavanderas del Manzanares. Ellas tuvieron que soportar uno de los trabajos mรกs duros para poder sacar adelante a sus familias. Esta es su historia y la del tiempo en el que el Manzanares estaba cubierto de un gran manto blanco de sรกbanas reciรฉn lavadas.
LAS LAVANDERAS DEL MANZANARES Y SU DURO TRABAJO
La historia detrรกs de las lavanderas del Manzanares estรก llena de miseria, enfermedades y trabajo. Como otras muchas mujeres que tuvieron que trabajar para salir adelante, estas tuvieron que soportar duras condiciones laborales para poder ganar un salario mรญsero.
La mayorรญa de ellas habรญan venido a la capital de otras partes de Espaรฑa para poder labrarse un futuro. Muchas de las lavanderas eran mujeres gallegas que habรญan tenido que buscar cualquier trabajo para dar de comer a sus hijos.
Al igual que las verduleras o las cigarreras madrileรฑas, estas no tenรญan ningรบn tipo de derecho. Trabajaban mรกs de 14 horas diarias para todas aquellas familias madrileรฑas que podรญa permitirse contratar este tipo de servicio de lujo.
ENFERMEDADES Y FRรO, EL PAN DE CADA DรA
Las lavanderas trabajaban todos los dรญas del aรฑo. Daba igual que fuera hiciera mal tiempo o que el agua del Manzanares estuviera completamente helada. Ademรกs de ello, al dรญa solo podรญan ganar un par de pesetas.
No estaban asociadas en gremios, por lo que no tenรญan derechos laborales. Su edad daba igual. En los lavadores del Manzanares habรญa niรฑas, mujeres y ancianas ganรกndose la vida como buenamente podรญan.
Las enfermedades eran el dรญa a dรญa de estas mujeres. Como pasaban la mayorรญa del tiempo con el cuerpo hรบmedo, dolencias como el reรบma o las bronquitis y neumonรญa eran muy comunes entre ellas. A muchas les causaba la muerte.
Otro de los problemas era de dรณnde procedรญa la ropa que tenรญa que lavar. Mucha de ella pertenecรญa a enfermos contagiosos. La falta de productos como la lejรญa o los desinfectantes hacรญa que estas estuvieran totalmente expuestas a este tipo de enfermedades mortales.
UN NUEVO BARRIO PARA LAS LAVANDERAS
De Galicia venรญan muchas de las lavanderas a la capital a buscarse la vida. Con la llegada de esta gran emigraciรณn a Madrid quedรณ de manifiesto que la pequeรฑa Villa no tenรญa sitio para acoger a todos.
Muchos de ellos crearon nuevos barrios en la capital. Las lavanderas y sus ayudantes, llamados esportillos, se empezaron a instalar a orillas del Manzanares. Naciรณ asรญ el conocido โBarrio de las Injuriasโ.
Con ese nombre, solo podรญas esperar miseria y hambre. Y asรญ era. Sus lรญmites estaban entre la glorieta de Pirรกmides, la Puerta de Toledo y el Manzanares. Se convirtiรณ en uno de los barrios mรกs populares de la capital.
MรS DE 100 LAVADEROS EN EL MANZANARES
Las lavanderas madrileรฑas vivieron su รฉpoca de mรกximo esplendor entre finales del siglo XVI y comienzos del XX. A finales del XIX se calculaba que existรญan mรกs de 5.000 lavanderas en Madrid y hasta mรกs de un centenar de lavaderos.
En aquel tiempo, el rรญo Manzanares estaba cubierto de un gran manto blanco formado por las sรกbanas tendidas en los secaderos municipales. La mayorรญa de estos lavaderos se encontraban a los pies de los grandes puentes, sobre todo entre el de Segovia y el de Toledo.
Las lavanderas del Manzanares tenรญan tan malas condiciones, que se tenรญa que llevar a sus hijos al trabajo. Eso cambiรณ con la llegada de Amadeo de Saboya al trono espaรฑol. Su mujer, la reina Marรญa Victoria, se apiadรณ de estas mujeres, por ello construyรณ un Asilo de Lavanderas en 1871 a los pies de lo que hoy es la Glorieta de San Vicente.
En este lugar se construyรณ un pequeรฑo hospital donde poder atender a todas las lavanderas que tuvieran enfermedades o sufrieran accidentes en su trabajo. Pero, sobre todo, este asilo sirviรณ para que ellas pudieran dejar a sus hijos menores de 5 aรฑos mientras que trabajaban en el rรญo.
ASร SE LAVABA LA ROPA EN EL SIGLO XIX
Habรญa 5.000 lavanderas en Madrid, pero no todo el mundo podรญa permitirse contratar este servicio. Solo las clases mรกs pudientes de la Villa tenรญan el privilegio de poder lavar su ropa en el rรญo.
El primer paso del proceso se iniciaba por la maรฑana muy temprano. Unos mozos conocidos como โesportillerosโ iban casa por casa recogiendo en grandes cestos de mimbre la ropa sucia. Despuรฉs, se las bajaban al rรญo a las lavanderas.
Allรญ, estas mujeres preparaban un jabรณn muy especial que nada tiene que ver con el que hoy usamos. Para ello, mezclaban las cenizas que sobraba de las chimeneas con agua. Al sumergir la ropa en esta mezcla turbia muchas veces, la ceniza arrastraba la suciedad.
Tras esto, habรญa que frotar en las piedras del Manzanares con fuerza o en una especie de tablilla de madera. Muchas personas recuerdan aรบn las pilas de llamar y estas tablas con salientes donde se frotaba la ropa hasta que quedara blanca.
Una vez limpias, se tendรญan en los secaderos municipales. Estas grandes estructuras son las que convertรญan al rรญo Manzanares en un gran campo blanco lleno de sรกbanas fantasmagรณricas. Una vez seco, los esportilleros volvรญan y devolvรญan la ropa limpia a sus dueรฑos.
LOS HIJOS DE LAVANDERAS QUE HICIERON HISTORIA
La llegada del agua corriente a las casas privadas y la canalizaciรณn del Manzanares en 1926 acabaron con la dura labor de las lavanderas madrileรฑas. La puntilla de muerte llegรณ con la generalizaciรณn de la lavadora en los aรฑos 70.
Aunque hoy sea impensable recuperar un oficio como este, lo cierto es que estas lavanderas dejaron una importante huella en la cultura popular de Madrid. Empezando por sus artistas, numerosos pintores inmortalizaron este paisaje ya desaparecido. Entre ellos Francisco de Goya en uno de sus tapices o aquellos primeros fotรณgrafos que empezaron a surgir a finales del siglo XIX.
De estos barrios populares en los que la miseria era el pan de cada dรญa, surgiรณ un sentimiento revolucionario que darรญa lugar a uno de las etapas mรกs convulsas de la historia de Espaรฑa.
Los hijos de las lavanderas iniciaron un camino de lucha por los derechos de los trabajadores que aรบn hoy continua. Pablo Iglesias, fundador del PSOE, fue hijo de lavandera. Lo mismo Arturo Barea, que hablaba asรญ de su madre:
“Mi madre tiene las manos muy pequeรฑitas; y como todas las maรฑanas desde que sale el sol, ha estado lavando. Los dedos se le han quedado arrugaditos como la piel de las viejas. (…) Yo sรฉ lo que es ser el hijo de la lavandera. Sรฉ lo que es que le recuerden a uno la caridad”. Hoy, mรกs que con caridad, lo hacemos con orgullo.