La familia de Heidy Paz recurrirá la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de denegar la entrega del cuerpo de la joven de 25 años para proceder a su incineración una vez concluido el juicio contra su homicida César Román, conocido como el ‘Rey de Cachopo.
La petición a la Audiencia se produjo después de que el empresario fuera condenado a 15 años de cárcel por el homicidio de la chica. El torso de Heidy lleva más de tres años en el Instituto Anatómico de Madrid debido a que constituía una prueba en la vista oral.
Recientemente, la Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid, que preside la magistrada Araceli Perdices, ha denegado la solicitud dado que la sentencia no es firme. El fallo ha sido recurrido por la abogada de César Román, Ana Isabel Peña, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y por la familia de la joven fallecida.
En una providencia, la Sala acuerda que no ha lugar a acceder a la petición formulada por la acusación particular, ya que “la sentencia dictada en estas actuaciones no ha adquirido firmeza”. Esta resolución no es firme y contra ella cabe recurso, algo que ya ha anunciado el abogado de la familia de la víctima.
En el juicio, los nueve miembros del jurado declararon probado que el torso hallado en la nave alquilada por el acusado en el distrito de Usera era el de Heidy Paz al coincidir el ADN mitocondrial con el perfil genético de su madre en un 99,999.
También dieron por probado que en el momento del crimen mantenían una relación sentimental, lo que agrava la pena a imponer, y que César Román era una persona celosa y posesiva, lo que supone un agravante de razón de género.
De igual modo, dan por probado que Heidi la noche del crimen acudió al piso de López Grass tras acudir a un cumpleaños con unos amigos y donde César acabó con su vida debido a que la mujer quería distanciarse de él.
El jurado sostiene que el homicida huyó a Zaragoza después de que la Policía hallara el tronco de su pareja, desconectando su móvil el 14 de agosto de 2019. Fue detenido dos meses después en el bar ‘Gerardo’ de Zaragoza, donde trabajaba con una identidad falsa y en el que su dueña le reconoció tras verle en un programa de televisión.