La Catedral de la Almudena es el templo religioso más importante de Madrid. Situada en la céntrica calle de Bailén, la Almudena es un templo que alberga infinidad de secretos. Testigo de la historia, erigida sobre los vestigios árabes de la ciudad y con el título de ser la única catedral consagrada por un Papa en España, la Almudena es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad capitolina.
La Iglesia emblema de Madrid empezó a construirse en el siglo XIX y se terminó a principios del siglo XX. En un primer momento, se quiso construir un templo gótico pero el entorno hizo que se levantara un edificación moderna. El 15 de junio de 1993, la Almudena recibió su consagración de la mano del Papa Juan Pablo II que quiso dejar una gota de sangre en el templo madrileño.
la Almudena recibió su consagración de la mano del Papa Juan Pablo II que quiso dejar una gota de sangre en el templo madrileño
La Almudena es la casa de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Almudena. Esta talla fue escondida en una de las fachadas de la cripta durante sucesivos enfrentamientos y sobrevivió a un incendio. Hoy, en día la virgen madrileña yace cobijada bajo un retablo de Juan de Borgoña, sobre un trono de plata regalo de Felipe IV y a sus pies está enterrada la reina Mercedes, que era gran devota de la patrona madrileña. De hecho, los primeros planos de la iglesia se proyectaron como un panteón para dicha reina fallecida.
La magia de este templo también llega hasta el tejado desde donde muchos dicen haber visto el mejor atardecer de todo Madrid. A más de 70 metros de altura, la cúpula de la Catedral cuenta con unas vistas increíbles de la Casa de Campo y el centro histórico de la capital. Asimismo, desde el balcón de la catedral hay una vista inmejorable del Palacio Real realizado por Francesco Sabatini.
LOS VESTIGIOS ÁRABES A LOS PIES DE LA CATEDRAL
Pero el entorno de la Catedral madrileña también es de gran interés cultural. A las faldas de la Iglesia, bajando las escaleras del Viaducto de Segovia, se encuentra el parque Emir Mohamed I donde reposa desde hace siglos la muralla árabe de la ciudad. Si bien gran parte de esta ha ido desaparecido con el paso de las civilizaciones aunque algunos restos de la misma permanecen en el jardín siendo testigos de los orígenes árabes de la capital.
Hace 1.100 años, Madrid no fue Madrid sino Mayrit. El fundador de Mayrit fue el Emir Mohamed I de Córdoba (852-886), quien estableció el primer asentamiento permanente levantando una atalaya en el valle medio del río a escasos metros de la Catedral de la Almudena. La zona era estratégica ya que estaba rodeada de cauces que propiciaban tierras fértiles así como una altitud suficiente para avisar tropas enemigas en caso de invasión cristiana.
Los restos de la muralla a los pies de la Almudena es uno de los pocos vestigios árabes que quedan en la ciudad capitolina. Y a este parque se le atribuye la leyenda de la que proviene el apodo ‘gato’ hacia los madrileños. La leyenda popular cuenta que cuando el rey Alfonso VI aguardaba a las afueras de Mayrit para conquistar este territorio árabe, un soldado castellano escaló la muralla con la agilidad de un gato alzando la bandera cristiana sobre ella. A partir de esta hazaña, la ciudad pasó a formar parte del Reino de Castilla y desde entonces los madrileños adoptaron este peculiar nombre.