En pleno corazón de Madrid, muy cerca de la Gran Vía, entre las calles de la Virgen de los Peligros, de Jardines y del Caballero de Gracia, se encuentra un increíble edificio desconocido para muchos madrileños, La Casa Dos Portugueses. Algo que parece sorprendente, ya que es imposible no reparar en ella cuando se pasea por estas calles.
A punto de cumplir sus 100 años de antigüedad, fue construida entre 1919 y 1922 por el arquitecto Luis Bellido y González, también artífice de Matadero o del Mercado de Tirso de Molina. A pesar de que este la concibió la edificación como unitaria, realmente está formada por dos edificios comerciales independientes.
DOS EDIFICIOS EN UNO
El primero de ellos, el que hace esquina con la calle Jardines, fue encargado por el financiero Garriao. Consta de cuatro plantas, las tres primeras diáfanas para acoger locales comerciales e industriales y, la última, para vivienda del propietario y para la ubicación de un lavadero y trasteros.
El segundo edificio, sede comercial de la Casa Dos Portugueses, es el que hace esquina con la calle del Caballero de Gracia y se construyó entre 1920 y 1922. Presenta un esquema similar al anterior, aunque con diferente terminación, pues su último piso presenta el chaflán rematado por un torreón cubierto con cúpula.
Las instalaciones de ambos edificios fueron realizadas por el ingeniero José Balaguer. En cuanto a su ordenación interior, se amolda al esquema que presenta la fachada, como es el caso de las grandes superficies de cristal y estructuras metálicas de los pisos comerciales. En la fachada se combina el ladrillo visto cerámico con la piedra caliza de los ornamentos, las repisas, las claves, las impostas y el zócalo de la planta baja.
Lo que más sorprende en su gama cromática y la sensación de descuido incrementa esta especie de belleza caótica. La vegetación se apropia de la fachada como una enfermedad y dota a este edificio escondido en las calles madrileñas de una singularidad única.
LUGAR DONDE VIVIÓ VICTOR HUGO
En cuanto al origen del nombre de este edificio, “Casa dos portugueses”, no hay ninguna reseña en cuanto a las razones de este. Aunque todo apunta a que hace referencia a su anterior utilidad, un lugar de encuentro para todos los portugueses que residían en Madrid, al menos así fue desde los años 70.
Lo que sí se sabe, gracias a una placa que así lo atestigua, es que en ese mismo lugar vivió el escritor francés, Victor Hugo, entre 1811 y 1812. Mucho antes, claro, de la construcción del edificio y de que fuese punto de referencia para los lusos.