Marta Rivera refiere una muy buena relación con la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Dice que se interesa mucho por cuestiones culturales. Le parece algo de agradecer, ya que ella ocupa la cartera de cultura, turismo y deporte del gobierno de la Comunidad de Madrid. Admite que estos dos últimos años han sido muy difíciles para Madrid, pero también cree que la luz al final del túnel está cerca. Las escenas de las calles, los teatros y los estadios vacíos serán ya una lejana pesadilla. Porque le produjo pena ver los patios de butacas a un tercio de su capacidad. Tiene muchos planes de futuro para la Comunidad.
El objetivo principal, dice, es recuperar los niveles turísticos pre-pandemia. Poco a poco, la ciudad vuelve a su afluencia de visitas, pero los datos distan aún mucho de lo que fueron. La consejera busca dar con la tecla para incentivar el gasto y el consumo. Es fundamental que se incremente no solo el número de turistas, sino también el dinero medio que gasta cada uno cuando viene a Madrid. Es necesario para que la hostelería renazca.
Anuncia también la creación de un bono de la Comunidad para ayudar a gente de otras comunidades que quiera venir de visita a Madrid. Tiene muchos frentes abiertos, la dificultad radica en encontrar un camino de consenso para cerrarlos. Hacer que una ciudad forzosamente dormida despierte. No solo en la hostelería y el turismo. También la gastronomía y el deporte necesitan un empujón.
Está trabajando para que los estadios vuelvan a cubrirse de público. Ya se han disputado partidos de fútbol a capacidad completa. Falta poco, o eso parece, para dejar la pandemia atrás y trabajar con los ojos puestos en la recuperación. Además, está también a la vista la celebración del 12 de octubre, día de la hispanidad, con todo el debate que esta fecha suscita. Rivera aboga por una idea inclusiva de España y del idioma que incluya a gente de todo el mundo. Cree absurdo buscar puntos de separación entre gente que comparte una misma cultura.
LA CONSEJERA INDEPENDIENTE
A pesar de su pertenencia al gabinete de Ayuso, Marta Rivera sigue siendo independiente. Desde su marcha de Ciudadanos hace tan solo unos meses, no ha vuelto a afiliarse a ningún partido. Sin embargo, cuenta con la confianza total de la presidenta, a la que considera una colega con la que comparte total sintonía. Sigue teniendo extraordinaria relación con personas que compartieron su militancia naranja durante años, como Felisuco o Toni Cantó. Incluso con algunas que se quedaron como Begoña Villacís.
Sin embargo, Marta Rivera no nació política. La política le surgió, pero ella siempre ha sido una persona de cultura. Versada escritora que ha firmado varias novelas, ensayos, cuentos e incluso una guía de viajes sobre Chipre. Admite que en algunos momentos echa de menos lo que fue. Porque la política es muy distinta al mundo del arte. Pero cree en el proyecto en el que está implicada, y eso le da fuerzas para seguir desarrollando sus políticas y tratando de conseguir sus objetivos para la Comunidad.
Hay todavía mucho de la escritora y artista en la Marta Rivera política. La revitalización de la cultura siempre fue el centro de su actividad militante. Ya en Ciudadanos, ocupó durante seis años la secretaría de Relaciones Institucionales y Cultura. Así que nunca se ha alejado realmente del que es, y sigue siendo, su sector. El tiempo dirá si los ambiciosos planes de recuperación dan los resultados esperados. En la cabeza de Marta Rivera sigue estando volver a un sitio que se fue, el de la Madrid viva y despampanante. Y con ello está manos a la obra.