A tan solo 43 kilómetros del centro de la capital, al sureste, entre San Martín de Valdeiglesias y Aranjuez se encuentra la ciudad de origen romano; Titulcia. Desconocida para muchos madrileños, esta ciudad tiene una historia fascinante ya que ha sido cruce de caminos y batallas. Un pueblo que fue destruido y arrasado hasta cinco veces a lo largo de su historia.
De origen romano, está dentro de la ruta militar de Emerita Augusta y Cesaraugusta. Tras la reconquista, cuando los árabes la arrasaron paso a llamarse Bayona y retorno a tener su relevancia anterior. Con la ocupación gala fue tomada por su situación estratégica, en 1814 fue liberada y se le devolvió el nombre de Titulcia. Y ya por quinta vez, fue destruida durante la Guerra Civil.
En la actualidad, pertenece a la zona de turismo de la Comarca de las Vegas. Los ríos Jarama y Tajuña confluyen en las proximidades del casco histórico, poco antes de afluir ya unidos al Tajo. Parte del término municipal se incluye entorno a los ejes de los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama, el espacio natural protegido por la Comunidad de Madrid que es más conocido por Parque Regional del Sureste.
RICO PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Este municipio cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico y una imprescindible panorámica de las vegas circundantes desde el cerro de Venus. En cuanto a su riqueza arquitectónica, podemos destacar: los restos del puente sobre la calzada romana que atravesó el término; la iglesia de Nuestra Señora María Magdalena, del siglo XVI, gótica y con pórtico renacentista; la cueva de la Luna, de dudosa adscripción histórica o estilística, para unos templaria y para muchos un sitio de una espiritualidad peculiar, esotérica; y la ermita de la Soledad.
Titulcia está asentada sobre un yacimiento con una ocupación muy dilatada que abarca desde la edad del bronce hasta la actualidad, siendo las etapas prerromana y romana las más destacables. Las numerosas intervenciones arqueológicas que se han llevado a cabo desde los años 70, y fundamentalmente durante la última década han permitido no solo caracterizar este sitio arqueológico sino localizar asentamiento, necrópolis, áreas productivas, zonas de culto y elementos defensivos.
ALTO POTENCIAL HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICO
El municipio de Titulcia es una zona de alto potencial histórico-arqueológico. La mayor parte del actual casco urbano se halla sobre un yacimiento con una ocupación muy dilatada. Aunque se han encontrado restos que se remontan a la Edad del Bronce, parece que los primeros ocupantes de este espacio se instalaron durante la Edad del Hierro. Es esta etapa del yacimiento, junto con la romana, la más significativa y estudiada.
Hay que señalar que la ocupación de este espacio continúo en época medieval, momento en el que parece haberse configurado el núcleo poblacional actual. Existen además, manifestaciones que amplían la ocupación del yacimiento hasta época moderna y contemporánea.
Aunque los vestigios de la antigua ciudad de Titulcia permanecieron visibles hasta los años 50, no fueron objeto de estudios científicos hasta los años 70, sufriendo expolios durante esas dos décadas. En 1976 se produjo el hallazgo de un monumento epigráfico en la orilla derecha del río Jarama, y que es mal llamado “monumento de Ciempozuelos”, ya que en realidad apareció en lo alto del Cerrón de Titulcia.
A partir de ese momento se sucedieron diversas intervenciones, realizándose sondeos y prospecciones, que permitieron definir la extensión del yacimiento, así como diversos elementos, como varias necrópolis de cronología tanto prerromana como romana, además de los cimientos de la muralla de la acrópolis romana.
También se excavaron estructuras arquitectónicas complejas con superposición de dos niveles de ocupación, uno de la Segunda Edad del Hierro y otro de época romana entre finales de la República y comienzos del Imperio, además de una zona industrial, una extensa necrópolis romana y más elementos epigráficos.
Mientras los diferentes grupos de investigación trabajaban en Titulcia, este conjunto se declaró zona de protección arqueológica (Z.O.P.A) en 1989, y poco después, en 2012 se declaró Bien de Interés Cultural (BIC).