El lugar donde estuvo dispuesto el patio de armas del castillo del municipio madrileño de Villarejo Salvanés, es el espacio desde el que admirar la grandeza que aún conserva la que fuera la Torre del Homenaje. Única en España es el único elemento que se ha mantenido en pie con el paso de los siglos, constituyendo un excepcional ejemplo entre las de su clase, que representan la característica especial de la arquitectura militar madrileña y toledana de los cubillos agrupados.
En su caso, se ve singularizada por presentar tres cubillos en cada lado, en vez de tenerlos solamente en las aristas. Cuenta con cuatro plantas y está coronada por matacanes simulados.
VARIOS POSIBLES ORÍGENES
En tiempos del cuarto Maestre de la Orden de Santiago, entre los años 1195 y 1203, el castillo de la Alharilla, a orillas del Tajo, cerca de Fuentidueña, fue destruido por los moros, que partieron de Cuenca para llevar a cabo tal acción. Este hecho apoya la teoría de que el castillo de Villarejo de Salvanés fuera construido a partir de entonces para reforzar la defensa contra los árabes, ya que la Alharilla, según Caro de Torres era a principios del siglo XVII, una ermita con rastros de castillo, lo que parece indicar que no fue reconstruido.
Pero también es posible que el origen del castillo de Villarejo de Salvanés sea anterior a los siglos XIII o XIV, incluso que pudiera haber sido una fortaleza romana como las de Chinchón, Arganda, Titulcia, la Alharilla, etc. Se supone que esta fortaleza formaba parte del sistema fortificado que protegía el paso por las antiguas vías llamadas Camino de Toledo o Toledano y la importante Senda Galiana.
En las Relaciones de Felipe II (año 1575) se decía que el castillo aún estaba en pie y que aunque su principal fuerza residía en una torre grande con adarve y cubillos de cal y canto, poseía casa de buen aposento, con arcos de cantería y mármoles de Génova, y se guarnecía con nueve tiros viejos de hierro. Según las Relaciones topográficas de Felipe II es el resto de un castillo, ya que en ellas se dice: Hoy una fortaleza con buena casa. La mas fuerte de ella es una torre grande, con su adarve y cubos de cal y canto; del mismo material las paredes exteriores; las divisiones de los aposentos interiores son de tapiería.
TRES CORREDORES
En general, tiene muy buen aposento, tres corredores altos y bajos con arcos de cantería y mármoles de Génova. En documentos del Archivo Histórico Nacional, hay otras descripciones que dicen que en las puertas principales de la casa fuerte y castillo faltan el puente levadizo y una cadena de este; esto ocurría en 1638.
En 1663, el castillo estaba muy maltratado, derribado un cubo, las almenas y parte de la muralla; poco a poco se acrecentó su ruina hasta que solo quedo de el, según Edward Coope, dos paredes de la Torre del Homenaje. Después restauraron esta torre añadiendo otras dos iguales.
La torre, de planta cuadrada, tiene ocho torreones cilíndricos: cuatro esquineros y otros cuatros intercalados en sus lados. Se alzan hasta la cornisa, bordeada toda ella de faltos matacanes que sujetan la terraza final; al acceso de esta torre se hacia, como en otras muchas, por la primera planta y su interior, dividida en cuatro plantas.
Según Shartou Carreras fue residencia de los comendadores de la Orden de Santiago. Bordejé anota que en el estuvo alojado el Empecinado, huyendo de los franceses. Cantó Téllez dice que Carlos V mando aquí ha su hijo bastardo Juan de Austria, aunque no señala si fue en el castillo o en la población.
Otros datos de interés del castillo de Villarejo de Salvanés son, por ejemplo, que fue sede del Tribunal Especial de las Ordenes Militares, que en él estuvo refugiado el famoso Empecinado, y que en Villarejo tuvo lugar uno de los fracasados levantamientos del General Prim.