Día Mundial Protección de la Naturaleza: seis paraísos naturales en Madrid

El 18 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial de Protección de la Naturaleza, con el objetivo de crear conciencia en la población sobre la necesidad de cuidar el planeta.

Actualmente uno de los principales objetivos de las Naciones Unidas es conseguir un mundo más sostenible. Esto es lo que promueve en la Agenda 2030: lograr que los países obtengan su desarrollo sin afectar la naturaleza, aprovechando los recursos renovables que esta posee.

¿Cómo ayudar? En nuestra mano está ser responsables con el reciclaje en casa, utilizar bolsas ecológicas para ir al supermercado, movernos en transporte público y reducir nuestra huella de carbono.

En caso de no hacerlo, podríamos perder infinidad de paraísos naturales como los que vamos a mostrarte a continuación. Porque la belleza de la sierra madrileña no se reduce a Navacerrada, Cercedilla, Guadarrama o Peñalara; hay lugares fascinantes que pasan desapercibidos porque su afluencia de gente es mucho menor.

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Pelayos de la Presa

Día Mundial Protección de la Naturaleza: 6 paraísos naturales en Madrid

Pelayos de la Presa es el pueblo más cercano al Pantano de San Juan, la playa de Madrid, conocido por todos los madrileños. Pero hay muchísima vida más allá del pantano.

El punto de partida es la zona recreativa del Embalse de Picadas, ubicado en la ribera del Alberche y a la que se accede desde la misma M-501. Esta zona es perfecta para practicar la pesca deportiva o el piragüismo pero, a pesar de que se ve a gente sumergida en el embalse, el baño no está permitido.

Para huir de la aglomeración lo mejor es redescubrir la zona. Desde ahí parten varias rutas siguiendo el curso del río, recorriendo el trayecto que tuvo en su día el ferrocarril del Tiétar: ‘el tren del olvido’. Se puede hacer tanto a pie como en coche.

Entre Picadas y el Pantano de San Juan te perderás en este remanso de paz del río, la mezcla de fragancias de pino y romero, y el vuelo elegante de rapaces como el buitre negro.

Y aunque este paraíso puede parecerse e a Gredos o Monfragüe, aquí la jara y la peonía se adueñan del color del suelo. Y el bullicio del Pantano de San Juan queda lejanamente sepultado.