El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, los expositores de las confiterías se llenan de infinitas variedades de buñuelos. Pero también, aunque parece que más tímidamente, de los golosos huesos de santo.
Estos pequeños tubos de forma circular son, simplemente, masa de mazapán. Para elaborarlos se enrolla la masa sobre una madera, que luego se retira para rellenar su interior del sabor elegido. Posteriormente se bañan en azúcar, quedando su exterior ligeramente crujiente y su interior tierno y jugoso.
El mazapán, elemento fundamental de estos huesitos, se elabora a partir de harina de almendra y azúcar. Hasta el siglo XV, se empleaba para recubrir ciertas píldoras amargas de farmacia, y no fue hasta 1611 cuando Francisco Martínez Montiño los citó en su Arte de Cocina, localizándolos en Madrid.
Los de toda la vida están rellenos de yema, y siguen siendo la estrella en ventas en las confiterías durante estas fechas. La realidad es que han ido modernizándose y actualmente existe una larga variedad de rellenos, e incluso sorprendentes coberturas, que les dan nuevas tonalidades y gustos.
4Pomme Sucre
Pomme Sucre es una pastelería gourmet que lleva la firma de uno de los mejores reposteros españoles, el asturiano Julio Blanco.
Su filosofía de empresa es la selección de las materias primas y la elaboración artesana, sin aditivos ni conservantes, con una presentación muy cuidada. En definitiva, más que una pastelería te parecerá una boutique.
Entre sus creaciones, destacan los huesitos de santo en sabor yema, praliné, fresa, chocolate, limón y café. El precio es de 45€/kilo.
Si entras en su página web, encontrarás una frase que dice lo siguiente: “La vida es incierta. Come primero el postre”. Haz caso a este mensaje y llévate también alguno de sus panettones, porque son dignos de probar.
Se ubica en la calle de la Libertad 26, en el barrio de Chueca.
