Ana María Castillo (Berlanga, 1961), ha lanzado recientemente, su novela “Tiempos convulsos” que ofrece al lector una “imagen real de la España de 1959 a 1980” a través de una escritura muy trabajada, bien documentada, de prosa ágil y cuidada, nos encontramos ante una obra fundamental para comprender y conocer unas décadas que nos llevaron hasta la ansiada democracia, reconociendo el esfuerzo y la valentía de esas generaciones, para valorar y salvaguardar nuestra Constitución, y comprender mejor la sociedad española del siglo XXI.
Ana María Castillo, docente de profesión, en Tiempos convulsos “España 1959-1980. Apostaron por el amor, la paz la dignidad”, traslada al lector, a lo largo de sus más de 500 páginas al País Vasco, en dos décadas que acercaron a los españoles el tardofranquismo, el deseo de una democracia, la cercanía de Europa, la apertura de fronteras, el deseo de libertad en las ciudades y el abandono del mundo rural.
La obra ofrece una mirada distinta de la posguerra y la Transición española, a través del hilo argumental de una serie de historias entrelazadas, donde dos parejas han de hacer frente a los enormes obstáculos que la sociedad de la época impone. Vicente Urrutikoetxea, mecánico de los Astilleros Izaguirre, y Antonia Barragán, la emigrante extremeña con la que formará familia. La segunda pareja son dos sacerdotes de la parroquia, hombres de absoluta entrega a los más desfavorecidos.
La obra recoge numerosos apuntes sobre la historia, geografía, mitos y leyendas, gastronomía, folclores, usos y costumbres del País Vasco, con una ambientación que nos traslada a sus valles y caseríos, y la dureza de la época y de los actos que se viven llegan al lector en sencillos y ágiles diálogos de los hombres y mujeres que aparecen en el relato.
El fanatismo etarra, el espíritu dictatorial de muchos dirigentes de izquierda, las torturas contra los detenidos, la explotación de los trabajadores, o la cerrazón de las estructuras eclesiásticas tradicionales aparecen en numerosas páginas. También los actos de generosidad, compromiso, espíritu de superación, solidaridad y entrega, a veces casi hasta el heroísmo.
Así, pues, la obra ofrece una visión bastante completa de aquella sociedad: autóctonos vascos, emigrantes llegados a Euskadi, exiliados, curas obreros, estudiantes, maestros, profesores, guardias civiles, policías nacionales, obreros, sindicalistas, militantes del PCE y de CCOO, nacionalistas y no nacionalistas, y militantes de los movimientos apostólicos.
Una obra que gana en actualidad
Son muchos los puntos que la novela aborda desde una perspectiva muy actual, desde las consecuencias de la España vaciada por la emigración a zonas industriales del país y del extranjero, donde el lector reflexiona sobre la condición del emigrante, tan presente hoy en nuestra sociedad, la difícil y penosa situación laboral, el importante papel de la mujer en los cambios sociales, y las reivindicaciones nacionalistas, con las consiguientes situaciones de intransigencia, manipulación y temor, donde el conflicto del terrorismo de ETA, todavía no resuelto, es uno de sus máximos exponentes.
El papel de los movimientos obreros y de estudiantes cristianos
El lector conocerá el verdadero papel de los movimientos obreros y de estudiantes cristianos a lo largo de sus páginas, con un papel decisivo ante la enorme problemática social, laboral, educativa, cultural, urbanística, de choque de mentalidades, etc., que se vivió en esos años y donde estos movimientos dieron cauce, voz y amparo a sus reivindicaciones, y siendo germen creativo de partidos y sindicatos.
La obra traslada en las historias de sus protagonistas la importancia de la gran década de los sesenta, un período que suele quedar ensombrecido por la relevancia otorgada a la guerra civil, postguerra, transición y ‘los años de plomo’, pero que para la autora “fue determinante para nuestro presente, ya que durante ella maduraron los grandes y numerosos cambios que nos condujeron a la democracia”.
Un capítulo, una fecha
La obra se centra en la dinámica de las microhistorias, donde cada uno de los 33 capítulos que tiene la obra, toma como marco un acontecimiento histórico (político o social) importante en España y, a partir de ahí, el protagonismo lo adquiere la vida de personas normales.