La Policía Municipal de Madrid ha detenido este jueves gracias al uso de un dispositivo electrónico de control (táser) a un individuo que se atrincheró en una vivienda con un afilacuchillos de grandes dimensiones con los que amenazaba con matar a su expareja, a su hijo y luego suicidarse.
Los hechos tuvieron lugar esta madrugada en un bajo de la calle Ramón Calabuig, en el distrito de Puente de Vallecas, cuando el agresor, de nacionalidad nicaragüense, se presentó en el domicilio de su expareja con claros síntomas de embriaguez y dando gritos, ante lo que la mujer le pidió que bajara la voz, ya que el bebé estado durmiendo.
Ante esto, el ya detenido la agredió con un cinturón, golpeándola en el costado y con un cuchillo de cocina amenazó con matarla a ella y al bebé. Tras intermediar un amigo de la mujer, que convive con la misma en su casa, lograron huir y encerrarse en una de las habitaciones. Desde allí, la agredida llamó a una amiga, que a su vez avisó a la Policía Municipal, presentándose de inmediato varias patrullas con dos agentes equipados con pistolas táser.
Sin embargo, el agresor hizo caso omiso a las indicaciones policiales y se atrincheró en la casa, cerrando la puerta blindada de entrada. Pese a ser un bajo, tampoco por las ventanas los agentes acceder, ya que están instaladas varias rejas en las mismas. Tras intentar hablar con él durante al menos una hora, lograron que abriera alguna de esas ventanas, momento en el cual el delincuente amenazó con clavarse el cuchillo y suicidarse o con matar a los agentes que se atrevieran a entrar en la casa.
Se había activado ya tanto Samur como a Bomberos del Ayuntamiento de Madrid para intentar abrir la puerta o las rejas de la ventana, y se encontraban también agentes de Policía Nacional.
Tras varios minutos instando al agresor para que depusiera su actitud, se acercó a la ventana y, tras poner los brazos en cruz y proferir lo que parecen imploraciones, se llevó la chaira a la yugular presionando sobre ella.
En ese momento, uno de los policías locales, que ya había sido autorizado por sus superiores, aprovechó para descargar el dispositivo electrónico de control, que incapacitó al agresor, quién cayó al suelo. Posteriormente, fue necesaria otra descarga.
Es entonces cuando el varón que estaba encerrado en la habitación junto a la mujer y el bebé salió de la misma para intentar abrir la puerta, algo que no consiguió por el estado de nervios en el que se encontraba. Finalmente, fueron los Bomberos del Ayuntamiento los que facilitaron la entrada al domicilio al romper una de las rejas de las ventanas.