Durante 2020, en España murieron más personas menores de 50 años por suicidios que por coronavirus. Este dato alerta del grave problema de salud mental que atraviesa gran parte de la población en cuyo extremo podría inducir incluso a la muerte. Es por ello que gozar de una vigorosa salud cerebral es muy importante para no caer en trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad. Mejorar nuestra salud mental está en nuestras manos ya que está muy relacionada con los hábitos diarios. Incluso, la salud de nuestro cerebro está ligada al aparato intestinal donde conviven 100 billones de microorganismos que conforman nuestra microbiótica humana y son esenciales para mantener una buena salud cerebral.
El cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. La medicina ha avanzado mucho en el campo del estudio cerebral pero algunas enfermedades mentales siguen apagando las vidas y los sueños de muchas personas. Y las cifras lo avalan ya que el 19% de las muertes que se producen cada año en España son causadas por enfermedades neurológicas.
Asimismo, la pandemia ha disparado los indicadores que alertan del grave problema de salud mental que atraviesa la sociedad española. El confinamiento disparó los casos, según un estudio estatal elaborado por la Confederación de Salud Mental de España en 2021, el 46% de las personas sufrieron durante el periodo de aislamiento malestar psicológico, un 30% padeció ataques de pánico, un 60% se sintió deprimido y un 40% tuvo problemas de sueño. También la ansiedad se ha disparado entre los jóvenes llegando incluso a atacar a la población infantil y juvenil.
la ansiedad se ha disparado entre los jóvenes llegando incluso a la población infantil y juvenil
En este dramático contexto, la ciencia nos brinda una oportunidad para solucionar o aminorarar las consecuencias de estos problemas. Las Dras. Sari Arponen y Olalla Otero explican que una gran parte de esta incidencia tan alta podría evitarse con unos correctos hábitos de vida y poniendo el foco en el equilibrio de la microbiota. La Dra. Arponen es médico internista y autora del best-seller ‘Es la microbiota, ¡idiota!’, y propone el cambio del concepto de salud cerebral frente al de salud mental. “Con este concepto, englobamos una realidad biopsicosocial más amplia, que implica la salud mitocondrial, neuronal, de la glía, de la memoria, la inteligencia y el habla; de los movimientos y, por supuesto, de las emociones, las relaciones…”, explicó la Dra. Arponen durante un desayuno informativo en Madrid a la vez que alertó que un 70% de los españoles sufre estrés a diario.
Con el objetivo de mitigar estos efectos adversos a la salud, la bióloga y experta en microbiota Olalla Otero explicó durante este encuentro como la microbiota puede afectar directamente a una correcta función cerebral. “Ya sabemos desde hace tiempo”, explicó la especialista, “que un correcto equilibrio de la microbiota no solo es esencial para la salud intestinal, sino también para la extraintestinal”. En este contexto queda clara la comunicación bidireccional entre nuestro intestino y nuestro cerebro. “Nuestras bacterias intestinales producen sustancias neuroactivas, como por ejemplo hormonas o neurotransmisores, que son capaces de afectar al funcionamiento del sistema nervioso central”, explica la Dra. Otero. Asimismo, la bióloga explicó en el desayuno en Madrid que, de hecho, existe un patrón de disbiosis (desequilibrio de la microbiota) característico en personas que padecen depresión y ansiedad. “Esto provoca una inflamación a nivel intestinal que, a su vez, por todas las vías de comunicación que existen, se traslada también al cerebro y estimula el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal”, aseveró la Dra. Otero.
¿CÓMO MEJORAR NUESTRA MICROBIOTA?
Mejorar nuestra microbiota está en parte en nuestra mano si conseguimos cambiar los hábitos nocivos que afectan a nuestra salud cerebral a diario. Una correcta alimentación, un buen descanso y la práctica habitual de ejercicio pueden favorecer a nuestra microbiota y en consecuencia a nuestra salud cerebral.
El primer elemento sobre el que podemos actuar es respetar los ritmos circadianos del cuerpo humano. Las doctoras alertan que no dormir correctamente y alterar los ritmos naturales de sueño puede afectar a la microbiota y viceversa, ya que nuestras bacterias influyen en la producción de neurotransmisores, como la melatonina. El segundo ámbito en el que podemos actuar para mejorar nuestra microbiota es evitar a toda costa los tóxicos ambientales entre los que se llega a encontrar también el polvo de nuestras casas.
También, tener una alimentación rica y variada exenta de procesados favorece a nuestra microbiota. Así como hacer deporte ya que el ejercicio contribuye a reducir bacterias patógenas e incrementar otras beneficiosas como la Akkermansia (relacionada con el metabolismo y la pérdida de peso) o las bifidobacteria. También el contacto con la naturaleza y la socialización favorecen a mantener sana nuestra microbiota y tolerar así mejor el estrés al que estamos sometidos a diario.
Pero todos estos buenos hábitos podrían mejorarse con probióticos como los psicobióticos que están formulados con cepas específicas capaces de incidir en la función cerebral a través de la protección de nuestra microbiota. Asimismo, estos priobióticos sirven para defender nuestra comunidad intestinal bacteriana de la sobremedicación. Uno de estos psicobióticos es Psicobrain, un complemento alimencio con fermentos lácteos y vitamina C desarrollado por Nutribiótica que contribuye a un buen equilibrio de nuestra microbiota. ¿A qué esperas para cuidar tu salud cerebral?