El panettone es un dulce navideño típico de Milán famoso a nivel mundial. Sobre su origen circulan múltiples leyendas, pero lo único totalmente certero es que tiene varios siglos de antigüedad.
La clave de su elaboración pasa por una masa madre de calidad, larga fermentación y amasado delicado. A todo ello hay que añadirle los ingredientes, que varían en función de los gustos del pastelero.
La receta tradicional está compuesta por una deliciosa masa de tipo brioche, pasas, frutas confitadas y agua de azahar, que le proporciona ese aroma tan sumamente reconocible.
Sin embargo, la realidad es que cada vez son más los panettones que llevan pepitas de chocolate en lugar de pasas. Un duro competidor contemporáneo.
El caso es que el éxito del bollo es tan grande que no solo se reduce a la época navideña, y cada vez son más los reposteros que se animan a crear versiones vanguardistas.
Ve preparando el babero, porque en el artículo de hoy hemos seleccionado algunos de los mejores panettones artesanales de Madrid. No te arrepentirás de saltarte la dieta…
1Zúccaru
Zúccaru es como hallar un rincón de repostería siciliana en la ciudad de Madrid, ya que traen sus productos de una de sus pastelerías en Sicilia.
Ofrecen panettones excelentes durante las primeras semanas de la Navidad. 36 horas de fermentación y un cúmulo de ingredientes italianos: azúcar, vainilla, miel de cítricos y avellana.
Lo mejor es que tienen más de una decena de sabores diferentes. El tradicional es el de uva mojada en vino Marsala, pero también se llevan a pares el de pistacho y el de crema de manna y choco blanco.
Además de su sabor y aroma únicos, estas delicias son presentados de forma tradicional: envasados en cajas o latas con motivos de folklore siciliano, diseñadas por la firma italiana Dolce&Gabanna.
Los venden con cremas artesanales, como la de praliné de avellana, una auténtica perdición. El precio del panettone más la crema es de 36€.
Tienen dos locales abiertos en Madrid: uno en la calle de Vergara 16, al lado de la Plaza de Oriente; y otro en la calle de Palafox 20, entre Quevedo y Bilbao.
