La primera torre de control del mundo está en Cuatro Vientos. Se trata de la torre de señales del aeródromo de Cuatro Vientos y es una joya arquitectónica centenaria que ha sido testigo del nacimiento de la navegación área en España. De color blanco y proyectada a modo de faro, esta torre fue clave para el desarrollo de la aviación española. Su valor histórico, arquitectónico y estratégico ha hecho que el Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España haya decidido declararla Bien de Interés Cultural (BIC). Gracias a esta declaración, este monumento formará parte del patrimonio cultural industrial y científico-técnico español.
La blanca torre de control se ubica en el aeródromo militar de Cuatro Vientos de Carabanchel. Se trata de uno de los aeropuertos más antiguos de España y en sus pistas obtuvieron sus primeros títulos de pilotos de avión, mecánicos de vuelo e ingenieros que contribuyeron al desarrollo de la aviación. Además, este pequeño aeropuerto del sur de Madrid fue el lugar desde el que despegó la primera línea de Iberia que unía Madrid con Barcelona. Cuatro Vientos ha sido una de las cunas de la aviación española y con más de 100 años de historia fue uno de los primeros aeropuertos que se construyó en el país. Hoy en día, es la base en Madrid de varios servicios del Estado siendo la casa de los helicópteros de vigilancia de la Dirección General de Tráfico y la Policía Nacional.
En la construcción de este aeródromo en Cuatro Vientos fue ideada la histórica torre de mando. En sus inicios fue una modesta torre de señales, con una clara inspiración en los faros marinos cuyo objetivo era servir de guía a los primeros aviadores en sus vuelos. El proyecto fue realizado por la Comandancia Exenta de Ingenieros que fue liderada por el ingeniero Leopoldo Giménez, cuyo trabajo fue posteriormente examinado por el teniente coronel Miguel Manella y aprobado por Real Orden de Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII el 11 de agosto del mismo año. La torre costó tan solo 24.990 pesetas, es decir, 0,15 euros actuales que fueron sufragados por la dotación de los Servicios de la Aeronáutica Militar.
Una vez con el proyecto hecho sobre el papel, Enrique Sierra fue el encargado de levantar la torre de hormigón armado en sus talleres del Paseo de las Delicias. Una vez hecha, se trasladó la construcción de Arganzuela a Cuatro Vientos gracias al maestro albañil José Alegría y al propio Enrique Sierra que colocaron la torre en la pista de despegue de Cuatro Vientos.
Enrique Sierra fue el encargado de levantar la torre de hormigón armado en sus talleres del Paseo de las Delicias
El diseño original, constaba de dos pisos: un semisótano que se utilizaría como vestuario para los pilotos y una primera planta con siete grandes ventanales desde los que controlar la actividad aeronáutica. Desde el centro de ambas plantas, se erigía, un torre cilíndrica de 15,40 metros de altura, desde la que salía una escalera de caracol a través de la cual, se podía ascender hasta la plataforma de vigilancia. Además, años más tarde su creación se instaló un aerofaro rematado por un mástil donde se instaló la manga que medía la fuerza del viento.
Hoy en día, la torre de señales del Aeródromo de Cuatro Vientos sigue intacta. Aunque el semisótano dejó de ser un vestuario para ser un pequeño office, la planta de arriba permanece tal y como se proyectó en los planos originales. Con unas capas de pintura blanca más, esta torre fue el mudo testigo de las más hermosas y heroicas hazañas de nuestros primeros pilotos.