La receta de la felicidad: harina, huevo, leche y un poco de reposo. Y cuanto más naturales sean los ingredientes, mejor aún. Algunos locales apuestan por el trigo sarraceno, totalmente saludable, y por trabajar con fruta de temporada que esté a su alcance.
Imitando la receta francesa, las versiones que encontramos son innumerables, desde las más clásicas hasta las creaciones más innovadoras. Lo malo de este plato es que uno nunca es suficiente, siempre deja ganas de más.
El salado te obliga a pedir uno dulce. Y para los postres, todos sabemos que hay una ley no escrita: no se comparten. Y menos una crepe rebosante de nutella recién hecha. Aquí te dejamos un puñado de direcciones donde saben cuidarlas.
3La Minoterie
Cruzar las puertas de este coqueto restaurante es sinónimo de trasladarse a la Bretaña francesa. Una apetecible parada gastronómica en el corazón de Madrid.
Las pequeñas mesas de madera comparten protagonismo con los libros de cocina en francés que decoran sus estanterías, otorgando al espacio un encanto parisino singular. Además de lo que te vamos a contar, también ofrecen platos del día.
Si vas de salado, pide las galettes de masa fina y crujiente hechas de trigo de sarraceno, con rellenos frescos hechos con los mejores ingredientes del día.
Y si vas de dulce, prueba las crêpes de harina blanca, de masa tierna y dulce, acompañadas de tu aderezo favorito: azúcar y limón, chocolate y avellanas… tú eliges.
Se localiza en la calle de la Encomienda 23, a escasos metros de la mismísima Puerta del Sol.