La receta de la felicidad: harina, huevo, leche y un poco de reposo. Y cuanto más naturales sean los ingredientes, mejor aún. Algunos locales apuestan por el trigo sarraceno, totalmente saludable, y por trabajar con fruta de temporada que esté a su alcance.
Imitando la receta francesa, las versiones que encontramos son innumerables, desde las más clásicas hasta las creaciones más innovadoras. Lo malo de este plato es que uno nunca es suficiente, siempre deja ganas de más.
El salado te obliga a pedir uno dulce. Y para los postres, todos sabemos que hay una ley no escrita: no se comparten. Y menos una crepe rebosante de nutella recién hecha. Aquí te dejamos un puñado de direcciones donde saben cuidarlas.
4La Rue
El pequeño local La Rue ha dado sus frutos. Y take away incluido.
Eduardo Fernaud, canario de ascendencia gala, se ha mudado a un espacio mayor y lo ha vestido con un interiorismo agradable. De esos que aúnan el aire vintage con las paredes encaladas, el ladrillo visto y mucha luz natural.
Su nueva casa en Malasaña se vertebra también a partir de sus amplia carta de crepes dulces y saladas, pero no se queda ahí. También ofrece varios platos franceses: el cassoulet canard, un guiso de alubias con pato, y la salchicha de Toulouse, una fondue servida en pan hueco o una sopa de cebolla.
Así que se puede ir tanto a comer algo contundente como a cenar ligero. Son los desayunos, las meriendas y el brunch donde se vuelve aún más atractiva su propuesta hostelera: zumos naturales, helados artesanos, cafés, tartas…
Se ubica en la calle de Colón 14, entre las céntricas paradas de Tribunal y Chueca.