Se cumple un año desde que ‘Filomena’ apareció en nuestras vidas para arrasar en la ciudad y dejarnos grabadas en las mentes imágenes de la ciudad que nunca olvidaremos. Entre el 6 y el 10 de enero del 2021 una borrasca sin precedentes entró por las Islas Canarias hasta llegar a las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Cataluña.
Desde un primer momento la Agencia Estatal de Meteorología Española conocía la magnitud de las nevadas que se cernían sobre la península, especialmente en Madrid. Los días 8 y 9 de enero fueron las fechas culmines en las que la nieve llegó a tener un espesor de 50 centímetros en Madrid capital y en otras zonas del centro y este peninsular.
“A unos 4-5 días vista, todo el equipo veíamos que efectivamente se iban a cumplir las previsiones de más de 30 cm de espesor en la capital y así lo advertimos”, recuerda el equipo de Meteorología de Eltiempo.es. Los avisos rojos por nevadas estaban activos en la capital madrileña, sin embargo el colapso no se evitó y las consecuencias fueron devastadoras para la ciudad.
Durante la madrugada del 8 al 9 de enero la nieve no dejó de caer, por lo que a la mañana siguiente los madrileños se despertaron asombrados por el aspecto que tenía Madrid: era una completa pista de hielo. Aquellos amantes de los copos helados salieron a las calles con sus trineos para disfrutar de una mañana atípica en la historia.
Tan solo un 17% de las calles eran aptas para transitar, lo que supuso que los ciudadanos no pudieran acudir ese día a trabajar ni los estudiantes a los centros escolares. En el lado contrario de todos aquellos que salían a jugar con la nieve, se encontraban los reacios que detestaban el escenario en el que se había convertido Madrid.
En las 30 horas que duró el temporal cayeron 1250 toneladas de nieve, lo que equivalió al volumen que podría transportar una fila de camiones de 40 mil kilos de capacidad desplegados desde Madrid hasta Bruselas, según indicó el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida.
EL CAOS LLEGÓ A LA CIUDAD
La ciudad no se encontraba en condiciones para vivir semejante borrasca por lo que los daños materiales fueron considerables. Colegios, parques, carreteras… los daños causados sumaron un total de 1400 millones de euros, perdiéndose además un 10% de los árboles madrileños.
Las áreas de traumatología en los hospitales se vieron desfasadas debido al número de personas que acudían accidentados al caerse debido al hielo. Por su parte, los supermercados se vieron afectados por la falta de suministros durante los días posteriores y los bomberos tuvieron que llevar a cabo más de 500 intervenciones para limpiar el hielo de las cornisas.
Los servicios de limpieza de caminos y carreteras, acompañados también por cuerpos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajaron a contracorriente para solventar los problemas provocados por la nieve, ya que decenas de madrileños se quedaron atrapados en las carreteras sin poder regresar a sus casas.
El parón de la ciudad la mañana del sábado 9 de enero quedó registrado en el acelerómetro del Real Observatorio de Madrid situado al suroeste del Parque del Retiro, midiendo la caída más fuerte del nivel de ruido de los últimos meses. Se alcanzó un mínimo histórico de -103 decibelios el día 10 de enero.
Además, la basura también tuvo un importante protagonismo en el temporal. Más de tres millones de personas tenían que retener la basura en sus hogares, puesto que los camiones de limpieza no podían realizar su recorrido como de costumbre. El hecho de que los madrileños tuviesen que quedarse en sus casas supuso un incremento en la tarifa de electricidad de un 6,7%.
Sin tráfico y sin la actividad cotidiana, Madrid se convirtió en un escenario de cuento donde las guerras de bolas de nieve y los trineos se adueñaron de la ciudad durante horas. Por el momento, este nuevo año ha comenzado con un clima soleado aunque según afirman ciertos pastores el próximo 24 de enero tendrá lugar otra gran nevada.